¿necesita algunos nutrientes que estos artículos contienen? Piense otra vez. El columnista de Nutrition Scoop, Larry Lindner, explica. "

Ha llegado tarde al cine y acaba de encontrar un lugar para sentarse cuando de repente tiene que consumir palomitas de maíz calientes con mantequilla, aunque sabe que si las compra, se perderá los primeros 10 minutos de la película.

Es hora de que su ciclo menstrual inicie y nada saciará su hambre de medianoche, excepto el helado de chocolate. Así que se dirige a la tienda local en una noche nevada.

Su ensayo final se entrega a la mañana siguiente, pero no puede redactar una palabra más a menos que consiga una pizza caliente y empalagosa con tomate y espinaca. Se dirige al centro estudiantil, aunque esto lo retrasará.

Marcia Pelchat, psicóloga biológica en el Centro Químico Monell de los Sentidos en Filadelfia quien estudia de qué manera las personas hacen elecciones alimenticias, dice que parte de lo que caracteriza a los antojos alimenticios es un deseo tan fuerte que se desvive por satisfacerlo. Pero más allá de eso los investigadores están muy presionados por definir los antojos con algunos criterios científicos serios. Y eso dificulta comprender cómo, y hasta que grado, tienen influencia en lo que consumimos.

Antojos que no están vinculados con los nutrientes

Una cosa parece muy cierta: No están basados en necesidades nutricionales específicas, como muchas personas sospechan. Es decir, si se le antojan las papas fritas, no es debido a que su cuerpo necesite la sal que contienen. Y si a un hombre se le antoja un alimento alto en proteínas como un filete o una hamburguesa, no se debe a que su cuerpo le esté diciendo que acumule proteínas para sus músculos.

El antojo de un alimento para su salud es "una historia mucho más agradable" que el antojo de un alimento simplemente porque tiene ganas de comérselo, dice Richard Mattes, profesor de alimentos y nutrición en la Universidad de Purdue quien, al igual que Pelchat, estudia las formas y las causas de las elecciones de las personas. "Pero la documentación simplemente no sugiere eso,"

Por ejemplo, considere los antojos de sal. Mattes señala que aun en estudios en donde a las personas se "les redujo el sodio a través de medios heroicos" como ser puesto bajo diuréticos, "en realidad no expresaron un antojo por el sodio," un componente de la sal. Además, él nota, a principios de siglo, los mineros que perdieron cantidades excesivas de sodio al sudar copiosamente durante el trabajo duro "tuvieron que ser amenazados con violencia física por sus supervisores para hacerles tomar sus cápsulas de sal." Incluso en casos de la enfermedad de Addison, una afección muy rara en la cual los niveles de sodio se vuelven peligrosamente bajos, a solamente el 15% de los pacientes se les antoja la sal, Mattes dice.

En el lado opuesto de la misma moneda, Pelchat en Monell señala que los estadounidenses en general consumen miles de miligramos de sodio al día, cuando el cuerpo solamente requiere de 500. En otras palabras, el deseo de más sodio supera mucho más a cualquier necesidad del mineral.

¿Son las hormonas las culpables?

Pero ¿qué hay de las mujeres y su deseo por el chocolate en ciertos momentos durante su ciclo menstrual? Aquella hipótesis que se encuentra por allí (recuerde el libro de Debra Waterhouse.

El problema: Muchos alimentos contienen carbohidratos. Así que ¿por qué a las mujeres no se les antojan los cereales de salvado?

No es que las mujeres no tengan antojos al momento del flujo menstrual; esa asociación ha sido muy bien documentada. Es sólo que lo que se les antoja no parece tener nada que ver con una necesidad fisiológica. Pasa lo mismo con los antojos durante el embarazo. Ciertamente muchas mujeres los experimentan. Pero nadie ha sido capaz de establecer la relación entre los alimentos que se antojan y la salud de la mamá o del bebé.

La familiaridad puede causar antojos

Con respecto a la causa de tantos antojos por el chocolate, Mattes nota que en gran parte es un fenómeno occidental. "El estudio que se quema en mi bolsillo trasero que no he realizado," él dice, sería estudiar los antojos de chocolate por todo el mundo. "Estaría dispuesto a apostar que si realiza un estudio sobre antojos en los países asiáticos, no encontrará nada especial sobre el chocolate," él plantea. "Es un alimento de la cultura occidental."

"A través de la exposición repetida, un alimento se convierte en el preferido," Mattes señala. "La familiaridad engendra la aceptabilidad," y la aceptabilidad engendra los antojos. "Se le antojan cosas con las que ha tenido experiencias positivas," él explica.

"Los japoneses," él dice, "muestran una preferencia por GMS [glutamato monosódico, un potenciador del sabor] en relación con la población de los Estados Unidos." Pero poco se ha escrito sobre los antojos de GMS ya que la mayoría de las investigaciones sobre los antojos se han realizado en los Estados Unidos y en Canadá. Y en esos dos países, por lo menos, el chocolate es el alimento número uno que se antoja. La pizza es el número dos. En otras palabras, como Mattes lo expresa, los alimentos ricos en calorías son los blancos "más comunes" de alimentos que se antojan.

Los antojos no deben causar subir de peso

Pero, él señala, no se cree que los antojos causen que las personas acumulen sobrepeso. Cuando se habla de antojos, él dice, "usualmente se le hace referencia al consumo excesivo de un alimento específico. El sobrepeso," por otro lado, tiende a originarse por "aumentos pequeños pero sostenidos en el consumo de alimentos en la dieta general."

Ni siquiera se cree que los antojos destrocen las dietas de pérdida de peso, por lo menos no las dietas que las personas son capaces de llevar a largo plazo. Las investigaciones sugieren que mientras las personas puedan tener la tentación por los antojos cuando por primera vez emprenden un plan de pérdida de peso, los antojos tienden a decaer con el tiempo. Incluso los antojos iniciales pueden ser "controlados" hasta cierto grado, al asegurarse de que la dieta no es demasiado restrictiva y demasiado monótona. Entre menos alimentos se le "permitan" a una persona en un régimen de pérdida de peso, más frecuentes, y más intensos, tenderán a ser los antojos.

Los expertos aconsejan que si usted no está tratando de bajar de peso (o no se encuentra en una dieta médicamente restringida que haga que limite ciertos alimentos), permita que el antojo gane. Esto ayudará a impedir que se descontrole. En cambio, Mattes dice, "probablemente causará más daño psicológico al negar un antojo que daño nutricional al satisfacerlo."