En el tiempo en que Cora W. tenía ocho años de edad, tomaba seis medicinas diferentes al día. Ella vio a once diferentes doctores para mantener en observación su padecimiento. Y dormía todas las noches conectada a una máquina para monitorear su respiración. Pero cuando fue admitida en el hospital, los doctores no encontraron nada malo en ella.

Cora estaba saludable, pero era víctima desafortunada del síndrome de Munchausen por poder.

El síndrome de Munchausen por poder es una situación seria pero, contrario a la creencia popular, no es un trastorno de salud mental. El síndrome de Munchausen por poder es una forma de maltrato o abuso infantil. Esto puede resultar ser serio o incluso fatal para los niños. Aunque con frecuencia los doctores detectan este padecimiento, es un diagnóstico más psicológico que médico.

Entonces, ¿Qué Es el Síndrome de Munchausen por Poder?

El síndrome de Munchausen por poder se nombró por el ]]>síndrome de Munchausen]]> , un trastorno mental donde la persona inventa síntomas o enfermedades en ella misma. Sin embargo, en el síndrome de Munchausen por poder, "Un perpetrador finge o induce a la enfermedad en un niño con el fin de obtener satisfacción interna," dice Marc Feldman, MD, profesor de psiquiatría en the University of Alabama en Birmingham. Aunque el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders describe los criterios de investigación para el síndrome de Munchausen por poder, no se clasifica todavía como una enfermedad psiquiátrica verdadera.

Sin importar cómo clasifican los profesionales el síndrome de Munchausen por poder, todavía es extremadamente peligroso. Las víctimas, que generalmente son niños de preescolar que no pueden defenderse ellos mismos, pueden ser seriamente lastimados e incluso asesinados debido a este padecimiento. Los perpetradores (que son más comúnmente las madres) mienten, exageran o incluso causan síntomas en la víctima, generalmente en su propio hijo.

Por ejemplo, una madre le dio a su hija una sustancia que causa ataques de asma . Otros perpetradores han administrado medicinas que causan vómito o convulsiones. También estas personas podrían permitir por voluntad propia que sus hijos sean sometidos a cirugías riesgosas para explorar problemas que saben que no están presentes. Si un doctor los confronta, niegan cualquier fechoría. Sin embargo, el niño mejora cuando el perpetrador no se encuentra cerca.

Buscando Atención

"El objetivo principal que estas madres buscan," dice Louisa J. Lasher, MA, una experta internacional sobre el tema, "es la atención que consiguen al tener a un niño con problemas." Comúnmente, estas madres recibirán la simpatía de amigos y familia. algunas veces grupos de la iglesia o de la comunidad elogian a estas madres por su cuidado desinteresado para su hijo enfermo. Por supuesto, para mantener los elogios venideros, deben continuar las mentiras. Por lo tanto, el niño sufrirá.

Con frecuencia los medios de comunicación reportan algunas de las historias más dramáticas, como los niños que se hospitalizaron numerosas ocasiones o que se sometieron a incontables pruebas y procedimientos. Algunas veces las madres se aclaman "súper mamás" que dedican sus vidas a cuidar de sus hijos hasta que un nuevo doctor descubre la verdad.

Pero en realidad muchas de estas situaciones ocurren en manera ambulatoria. Y, dice Lasher, "La mayoría de los perpetradores son personas que vería en la iglesia o en la tienda de comestibles. Por fuera parecen ser buenas madres promedio, por dentro no lo son."

La señal de un perpetrador, dice Lasher, es la decepción total de la vida de la persona. Deja un rastro de mentiras e inconsistencias detrás de ella. Incluso, ella da respuestas aparentemente plausibles de su comportamiento.

Entendimiento y Conciencia

El Dr. Feldman cree que este padecimiento ocurre más comúnmente de lo que se reconoce. Incluso cuando los pediatras observan diferencias entre lo que una madre dice y lo que los resultados muestran, con frecuencia no creen en la posibilidad de que exista un caso de síndrome de Munchausen por poder. "Existe la falta de entendimiento y de conciencia," dice el Dr. Feldman.

Generalmente, el tratamiento involucra el retiro del niño del perpetrador. Esto es seguido por terapia intensiva individual y familiar. Aunque finalmente reunir al niño y a la familia siempre es un objetivo, el tratamiento para los padres abusivos podría no ser exitoso. El perpetrador podría perder los derechos paternales.

Aunque Cora W. prosperaba en el hospital, su madre no podría aceptar esto. A Cora se le transfirió después a una casa hogar. Ella regresó a la escuela, hizo nuevos amigos y permaneció saludable requiriendo sólo citas de seguimiento de rutina con un doctor.