Por lo general, la osteoartritis se diagnostica después que su médico ha tomado un cuidadoso historial de sus síntomas y le realiza una examinación física minuciosa. No hay exámenes definitivos de laboratorio para hacer un diagnóstico absoluto de osteoartritis, aunque ciertos exámenes, específicamente rayos X de la articulación, podrían confirmar la impresión de su médico de que usted ha desarrollado osteoartritis.

Examinación con rayos X de una articulación afectada - Una articulación que está afectada por osteoartritis habrá perdido parte del espacio normal que existe entre los huesos que conforman la articulación (el espacio articular). Este espacio articular está hecho de cartílago articular, el cual se adelgaza. Podrían haber pequeños nuevos trozos de hueso (espolones óseos) visibles en la parte final de los huesos. Otras señales de deterioro articular y óseo también podrían estar presentes. Sin embargo, los rayos X podrían no mostrar mucho en las primeras etapas de la osteoartritis, incluso cuando usted claramente esté experimentando síntomas.

Artrocentesis - Usando una aguja delgada, su médico podría retirar una pequeña cantidad de líquido articular de una articulación afectada. El líquido se puede examinar en un laboratorio para asegurar que ningún otro trastorno esté causando sus síntomas (como ]]>artritis reumatoide]]> , ]]>gota]]> , infección).

Exámenes sanguíneos - Se pueden realizar exámenes sanguíneos para asegurarse que ningún otro trastorno sea el responsable de sus síntomas (como artritis reumatoide u otras enfermedades autoinmunes que incluyan formas de artritis). Investigadores también están observando si la presencia de ciertas sustancias en la sangre podría indicar osteoartritis y ayudar a predecir la severidad de la condición. Estas sustancias incluyen productos de la descomposición de ácido hialurónico (una sustancia que lubrica las articulaciones) y un producto hepático llamado proteína C reactiva.