Ya sea una caminata activa, partido de tenis o clase de Pilates, la actividad física regular disminuye considerablemente el riesgo de desarrollar enfermedad cardiaca, el asesino número uno de los estadounidenses. La evidencia del ejercicio es tan sólida, que un estilo de vida sedentario se considera un factor de riesgo importante para desarrollar enfermedad cardiaca, a lado del consumo del cigarro. Aunque la mayoría de los adultos están conscientes de los beneficios, sólo el 36% de los hombres y el 21% de las mujeres conocen las indicaciones de expertos de al menos 30 minutos de actividad moderada diaria. Y muchos adultos de edad mediana se preguntan, ¿Cuál es el objetivo de comenzar en este momento? Después de años de inactividad, ¿puede hacer la diferencia unirse a un gimnasio a la edad de los cuarenta o cincuenta años?

Para responder estas preguntas, investigadores analizaron los patrones de ejercicio y la salud del corazón de 791 personas. Como se esperaba, las personas que hicieron ejercicio durante toda su vida tuvieron el riesgo más bajo de padecer enfermedad cardiaca. Otro grupo también se benefició: aquellos que comenzaron a ejercitarse a la edad de los cuarenta años o más disminuyeron su riesgo de desarrollar enfermedad cardiaca en un 55%. Estos resultados se detallaron en la emisión de julio de 2006 de Heart .

Acerca del Estudio

Investigadores alemanes reclutaron a 312 personas de 40-68 años de edad con enfermedad cardiaca así como a 479 personas en el mismo grupo de edad que no sufrían de esta enfermedad. Todos los 791 voluntarios describieron sus hábitos de ejercicio durante los inicios de la edad adulta (20-39 años de edad) y la edad adulta avanzada (mayores de 40 años de edad). Los investigadores compararon los hábitos de ejercicio entre las personas con y sin enfermedad cardiaca.

Una carencia de actividad física tanto a principios de la edad adulta como avanzada fue más común entre las personas con enfermedad cardiaca que las personas sin la enfermedad. Sin embargo, las personas que fueron inactivas durante la edad de veinte y treinta años y que se volvieron muy activos después de los 40 años de edad redujeron su riesgo de desarrollar enfermedad cardiaca a aproximadamente 55%. El beneficio mayor (un riesgo menor de 60% de padecer enfermedad cardiaca) se presentó entre las personas que gozaron de ejercicio regular tanto a lo largo del inicio de la edad adulta como durante la edad adulta avanzada. Estas estadísticas se ajustaron para tomar en cuenta los efectos de los factores de riesgo conocidos, incluyendo fumar y la presión arterial alta.

Una limitación de este estudio es que los investigadores no midieron el buen estado físico, sino que dependieron de que los voluntarios reportaran sus niveles de ejercicio de años anteriores. Dicha memoria no es siempre exacta. Además, el grupo de estudio fue en su mayoría masculino (86%), así que no es claro si los beneficios serán los mismos para las mujeres. Finalmente, hacer una retrospectiva nunca es tan bueno como mirar hacia el futuro. Un diseño de estudio más confiable sería preguntar a los sujetos acerca de cuáles son sus hábitos de ejercicio y darles seguimiento durante un periodo de tiempo para observar quién desarrolla enfermedad cardiaca y quién no.

¿Cómo le Afecta Esto a Usted?

Si usted hace ejercicio con regularidad, continúe el buen trabajo. Pero si no es así, estos resultados ofrecen consuelo con respecto a que nunca es demasiado tarde para ponerse en marcha. Además de mejorar la salud del corazón, también ser activo disminuye su riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 , obesidad, presión arterial alta , apoplejía , depresión y otras condiciones crónicas y discapacitantes.

Si usted está listo para atarse sus tenis y ponerse en marcha, siga estos consejos de the American Academy of Family Physicians:

  • Discuta con su doctor cuáles son los tipos de ejercicios seguros para usted.
  • Comience despacio, por ejemplo 10 minutos de caminata activa, e increméntelo gradualmente.
  • Olvídese de "si no duele, no sirve. "
  • Elija actividades que usted disfrute para hacer el ejercicio divertido.
  • Haga ejercicio con una pareja.
  • Comprométase usted mismo para hacer ejercicio.
  • Elija una hora del día cómoda y apéguese a esa hora.
  • Escriba la hora y el día de hacer ejercicio en su calendario.
  • Mantenga un registro de ejercicio diario.
  • Revise su progreso, por ejemplo, ¿actualmente puede caminar una cierta distancia más rápido que cuando empezó?
  • Considere unirse a un club de salud, muchos de los cuales ofrecen una variedad de aparatos y clases de acondicionamiento físico. Para algunas personas, el costo agregado es un incentivo para ejercitarse con regularidad.