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Los trastornos alimenticios han sido vistos típicamente como un grupo de condiciones que afectan a muchachas adolescentes. Después de todo, según se informa el 90% de los 10 millones de personas estimadas en los Estados Unidos con trastornos alimenticios son mujeres entre los 12 y 25 años de edad, de acuerdo con un reporte del 2003 por the National Alliance for the Mentally Ill. Sin embargo, cada vez más los trastornos alimenticios están siendo detectados entre las mujeres mayores.

Aunque hay investigación limitada para apoyar el incremento, un estudio publicó en la emisión de 2001 del International Journal of Eating Disorders encontró que entre 1,185 de las personas con trastornos alimenticios, las que tenían entre 40 y 49 años de edad representaron dos veces más admisiones en the Cornell Eating Disorders Program (Weill College of Medicine at Cornell University) en 1998 en comparación con 1988.

Además, en toda la comunidad; en los consultorios de los doctores, gimnasios, etc, se está volviendo más notable que algunas mujeres mayores están yendo a los extremos para controlar sus comportamientos alimenticios y de peso. El New York Times y fuentes similares ha reportado recientemente evidencia anecdótica de psiquiatras en práctica privada que han identificado esta tendencia entre sus pacientes.

Características de los Trastornos Alimenticios Vistos en Mujeres Mayores

Los tipos de trastornos alimenticios vistos entre mujeres mayores parecen ser similares a los vistos en mujeres más jóvenes; anorexia nerviosa , bulimia nerviosa y trastorno del atracón compulsivo.

  • La anorexia nerviosa, el trastorno alimenticio menos común que afecta del 0.5% a 3.7% de las mujeres con trastornos alimenticios, es una enfermedad que conduce a las personas a privarse a sí mismas de la comida para que experimenten un estado de inanición y pérdida de peso drástica.
  • Las personas con bulimia nerviosa, la cual afecta del 1.1% a 4.2% de las mujeres con trastornos alimenticios, con frecuencia tienen urgencia de comer cantidades extremas de comida e inmediatamente después comprometerse con comportamientos (por ejemplo, vómito, usar laxantes, ejercicio excesivo) para librarse del exceso de comida que ellas han consumido. Las personas con bulimia nerviosa podrían parecer con sobrepeso o tener un peso normal.
  • El trastorno del atracón compulsivo, el cual afecta del 2% al 5% de los estadounidenses, normalmente se caracteriza por atracones o consumos excesivos de comida sin purgarse, lo cual normalmente lleva a un aumento de peso excesivo.

Aunque se necesita mayor investigación para explorar completamente esta área, todos estos trastornos alimenticios o una combinación de las tres parecen ser cada vez más comunes entre mujeres mayores; especialmente en las de mediana edad. En general, las mujeres de todas las edades típicamente describen un sentimiento de estar "fuera de control" cuando transmiten sus pensamientos y sentimientos sobre problemas de comida y peso.

Motivos Potenciales para la Tendencia

Esta tendencia en los trastornos alimenticios entre mujeres mayores es probablemente el resultado de una variedad de factores. Sin embargo, es difícil obtener exactamente estadísticas relacionadas con los trastornos alimenticios, en parte porque muchas mujeres han sido reservadas sobre estos trastornos. Es difícil determinar si realmente hay más mujeres experimentando trastornos alimenticios en años recientes o si hay menos secretos y más mujeres ahora están buscando ayuda para los trastornos. Los siguientes escenarios son posibles explicaciones para el incremento en la prevalencia:

  • Cerca de la mitad de adolescentes con anorexia o bulimia tienen una recuperación completa con el tiempo, pero 30% sólo tienen recuperación parcial y 20% no tienen mejoría sustancial en su condición. Por lo tanto, los trastornos alimenticios podrían continuar en algunas personas, conforme envejezcan.
  • Además, algunas mujeres de mediana edad podrían tener la proverbial "crisis de media vida," durante la cual exhiben signos de trastornos alimenticios como resultado de las presiones de la vida, como presión de sus semejantes y presión social de ser más delgada y joven, miedo de la sexualidad (especialmente relacionados a temas de envejecimiento y al interés del cónyuge) y conflictos familiares. En este escenario, estas mujeres podrían haberse comprometido previamente a comportamientos saludables, pero ahora están exhibiendo signos de alimentación trastornada y comportamientos relacionados con el peso.
  • Finalmente, algunas mujeres podrían estarse involucrando en comportamientos más saludables, como el ejercicio, de lo que lo hacían previamente. Pero las presiones de la vida podrían acumularse, presionándolas a los extremos al ajustar varias horas de ejercicio por día; al punto en el cual esto se vuelve un comportamiento poco saludable. Subsecuentemente, se desarrolla en un comportamiento trastornado relacionado con el peso. Algunos se han referido a este comportamiento como la "bulimia del gimnasio."

Efectos Generacionales de Larga Duración

Los trastornos alimenticios a cualquier edad pueden tener consecuencias devastadoras de salud y psicosociales. Pero quizás lo que es más alarmante es el hecho que las mujeres mayores con trastornos alimenticios podrían estar transmitiendo comportamientos trastornados a sus hijos. Los trastornos alimenticios parecen ser de familia, como son la mayoría de los trastornos psiquiátricos. De hecho, tanto como un 10% de las madres y hermanas de mujeres anoréxicas podrían tener anorexia. Algunos investigadores piensan que podría haber un vínculo genético, pero en un mínimo de actitudes y comportamientos de madres con trastornos alimenticios son probables de transmitirse a los hijos, particularmente hijas.

Buscando Ayuda

Mientras los trastornos alimenticios se detectan típicamente en adolescentes, no son sólo un problema de mujeres jóvenes. Las mujeres de todas las edades pueden ser afectadas por un trastorno alimenticio o una combinación de comportamientos trastornados relacionados con el peso. Mientras los trastornos alimenticios son potencialmente amenazantes de la vida para las mujeres que los tienen, si se dejan sin tratar, también tienen el potencial de afectar adversamente a los hijos de mujeres con trastornos alimenticios. Por lo tanto, buscar ayuda de un consejero calificado tiene el potencial de beneficiar tanto a las personas como a las familias afectadas por los trastornos alimenticios.