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El uso gneeralizado de vacunas ha reducido la diseminación de muchas diferentes enfermedades en los Estados Unidos, salvando millones de vidas cada año. Pero, muchos padres están preocupados acerca de la seguridad de estas vacunas y eligen no inmunizar a sus hijos. Así que, ¿tienen fundamento sus miedos? De acuerdo a la Food and Drug Administration (FDA), no. Las vacunas son constantemente supervisadas para su seguridad y efectividad y son mantenidas bajos los estándares más altos de calidad. Se toman acciones inmediatamente si se descubre que las vacunas tienen reacciones adversas significativas; esto podría incluir hacer que la vacuna sea retirada de su programa de rutina. Adicionalmente, la investigación muestra que los beneficios de inmunizar a sus hijos sobrepasa con mucho los riesgos.

Los Beneficios de la Inmunización

Las inmunizaciones ayudan a mantener a sus hijos saludables, ahorrar costos médicos y salvar vidas. Por ejemplo:

  • Antes de la vacuna de la polio, de 13,000 a 20,000 niños en los Estados Unidos eran aquejados por la enfermedad.
  • Tos ferina (Tos convulsiva) puede llevar a la neumonía, ataques y muerte en bebés. Antes de la inmunización, 260,000 casos de tos ferina eran reportados cada año, resultando en 9000 muertes.
  • Antes de que la vacunación por varicela empezara en 1995, la varicela fue responsable de cuatro millones de casos, 11,000 hospitalizaciones y 100 muertes cada año.

También es importante darse cuenta de que cuando usted elige no vacunar a su hijo, no sólo está poniendo en riesgo la propia salud de su hijo, sino que está poniendo en riesgo las salud de todos aquellos en contacto con su hijo.

¿Por Qué Algunos Padres Eligen No Vacunar a Sus Hijos?

Casi el 25% de los niños en los Estados Unidos se están perdiendo de una o más de las vacunaciones recomendadas para la infancia. Normalmente esto es debido a que ellos no tienen acceso adecuado al cuidado de salud. Algunos padres, sin embargo, eligen no vacunar a sus hijos debido a que ellos tienen miedo de que las vacunas puedan causar padecimientos tales como autismo o asma. Para atender estas preocupaciones nos dirigimos a la última investigación sobre seguridad en las inmunizaciones a la infancia.

Lo Qué Dice la Investigación

De acuerdo con el Institute of Medicine (IOM), una organización no lucrativa que revisa independientemente la investigación y los reportes sobre sus descubrimientos al gobierno, existen conexiones percibidas públicamente - pero no probadas científicamente - entre las vacunas y diferentes padecimientos. Estos incluyen:

Trastornos del Neurodesarrollo

Casi el 90% de los niños en los Estados Unidos reciben vacunas MMR (sarampión, paperas, rubeola) a los 15 meses de edad. Esto coincide con la edad cuando los primeros síntomas del autismo normalmente aparecen, llevando a muchos padres a asociar el autismo con la vacuna MMR.

Un estudio con base en una gran población examinó la relación entre la vacuna MMR y el autismo usando datos de 440,655 niños. Los resultados, publicados el 7 de noviembre del 2002 en el New England Journal of Medicine , proporcionaron evidencia fuerte de que las vacunas MMR no causan el autismo.

Previamente, muchas vacunas fueron preservadas con mercurio, el cual es tóxico si se absorbe en grandes cantidades. Los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) condujeron un estudio observando la seguridad de las vacunas que contienen mercurio usando los datos de 140,887 bebés. Sus resultados, publicados en noviembre del 2003 en la revista Pediatrics , no encontraron asociación entre el mercurio de las vacunaciones en la infancia y los resultados en el neurodesarrollo tales como el autismo y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (ADHD por sus siglas en inglés) . Sin embargo, sus resultados indicaron la necesidad de más investigación sobre el mercurio y otros resultados del neurodesarrollo, tales como el retraso en el lenguaje y los tics.

SIDS

Otro padecimiento comúnmente asociado con las vacunas es el síndrome de muerte súbita del lactante (SIDS por sus siglas en inglés) . El SIDS normalmente se presenta en bebés entre los dos y lo cuatro meses de edad, lo cual coincide con la edad del niño en la que recibe más inmunizaciones y ha llevado a algunas personas a asociar las dos. Los científicos, sin embargo, no han encontrado vínculo entre las vacunas y el SIDS.

En un estudio publicado el 7 de abril del 2001 en el British Medical Journal, los investigadores observaron el estado de inmunización de 303 bebés con muertes atribuibles al SIDS, 65 bebés con otras muertes súbitas explicadas y 1515 vivos con controles adecuados a la edad de vida. El estudio encontró que las inmunizaciones múltiples a la infancia no llevaron a muertes súbitas inesperadas en la infancia. De hecho, los resultados mostraron que las inmunizaciones pueden proteger a los bebés del SIDS.

Trastornos Inmunológicos

Los bebés de hoy reciben más de dos veces tantas inmunizaciones en relación a lo que recibían en 1980 y a la edad de seis meses, la mayoría ha recibido 15 dosis de cinco vacunas. Muchas personas han expresado preocupación de que esta considerable carga de inmunizaciones sea la razón para el incremento de trastornos inmunológicos, tales como alergias y asma .

En un estudio publicado en marzo del 2003 en la revista Pediatrics , los investigadores revisaron varios estudios que examinaron la relación entre las vacunas y la enfermedad crónica, incluyendo el asma, esclerosis múltiple , artritis y la diabetes. Su revisión mostró que estos estudios no apoyan la teoría de que las vacunas causen alergias o enfermedades autoinmunológicas. Sin embargo, se necesita más investigación en esta área.

La Conclusión

La evidencia actual muestra que las vacunas en la niñez de hoy son seguras y efectivas. Y mientras sea necesaria investigación posterior con respecto a la relación entre las vacunas y ciertos resultados, tales como el asma, el conjunto de los beneficios de vacunar a su hijo sobrepasa con mucho los riesgos.

Recuerde, elegir no vacunar a su hijo también lo pone en riesgo de contraer muchas enfermedades peligrosas y potencialmente mortales. Esto también incrementa el riesgo para otros que estén en contacto con su hijo. Si usted tiene preocupaciones acerca de la seguridad de una vacuna, hable con el médico de su hijo para más información.