Cada minuto que pasa después de una apoplejía provoca la muerte a más tejido cerebral. El único tratamiento aprobado debe administrarse dentro de un lapso de tres horas desde los primeros síntomas. Conozca las señales. Y pedir ayuda podría salvar una vida.
Cada 60 segundos, alguien en los Estados Unidos sufre una apoplejía, el equivalente en el cerebro de un ataque cardiaco. Los hombres tienen un riesgo ligeramente más alto de apoplejía, pero las mujeres tienen una probabilidad más alta de morir a causa de una. Las personas de ascendencia afroamericana tienen el riesgo más alto, ya que sus probabilidades de sufrir una apoplejía son dos veces mayores que las de las personas de raza blanca.
Una apoplejía ocurre cuando se forma un coágulo en un vaso sanguíneo, bloqueando el flujo de sangre al cerebro; o menos comúnmente, cuando un vaso sanguíneo en el cerebro se rompe y la sangre fluye dentro del tejido circundante. El primer tipo, responsable del 80% de los ataques, se llama una apoplejía isquémica. El segundo tipo se llama una apoplejía hemorrágica. De cualquier manera, sin el oxígeno transportado por la sangre, las células cerebrales comienzan a morir.
"Es vital que las personas reconozcan las señales de apoplejías (adormecimiento repentino, debilidad, dificultad para hablar, visión borrosa, mareos, y dolores de cabeza severos) y busquen atención médica inmediata," exhorta Dr. Anthony J. Furlan, director médico de the Cleveland Clinic's Cerebrovascular Center. Las personas con frecuencia esperan tanto como 24 a 48 horas para buscar atención médica, esperando que los síntomas desaparezcan. El retraso les cuesta caro.
Busque atención médica inmediata si usted experimenta:
Antes de una apoplejía mayor, usted podría experimentar señales de alerta o lo que las personas algunas veces creen que es una apoplejía temporal. Durante uno de estos ataques isquémicos transitorios (TIA), un coágulo obstruye una arteria durante un periodo corto de tiempo y crea síntomas similares a los de una apoplejía pero sólo tarda algunos minutos u horas. Debido a la rápida recuperación, las personas frecuentemente rechazan los síntomas y se niegan a decírselos a alguien.
El TIA puede preceder a una apoplejía mayor durante días, semanas, o meses. Aproximadamente una tercera parte de los pacientes con TIA avanzarán para tener una apoplejía en un lapso de cinco años si no reciben tratamiento. De todas las personas que tuvieron un TIA antes de su apoplejía, la apoplejía ocurrió en un lapso de un mes en el 20% de los casos, y en un lapso de un año en el 50% de los casos. Con frecuencia, el tratamiento médico oportuno después del TIA puede prevenir una apoplejía fatal o discapacitante.
Durante muchos años, incluso con el mejor cuidado, se podría hacer poco por ayudar a las víctimas de apoplejía. Las apoplejías se volvieron la causa más importante de discapacidad a largo plazo y la tercera causa principal de muerte.
Ahora, un medicamento anti-coagulante o trombolítico administrado en un lapso de tres horas después de que aparecen los primeros síntomas, puede disminuir el daño cerebral causado por los coágulos durante una apoplejía. El activador de tejido plasminógeno (t-PA), comúnmente conocido como Activase, es el único tratamiento para apoplejías aprobado por the US Food and Drug Administration (FDA). Éste sólo se usa para el tratamiento de apoplejías isquémicas, y se deben realizar exámenes para descartar apoplejía hemorrágica. La prouroquinasa (ProUK), otro agente trombolítico que aún no ha sido aprobado por la FDA para tratar apoplejías, puede administrarse hasta seis horas después que aparezcan los síntomas.
"Cuando usted esté en una situación en la que el cerebro o los nervios no tengan oxígeno, mientras más pronto reciba tratamiento es mejor," explica Dr. Arthur L. Day, theJames and Newton Eblen Eminent Scholar Chair in Cerebrovascular Surgery en University of Florida en Gainesville. Es una situación de ganar o ganar, debido a que el principal riesgo del medicamento es que no funcione. Sin embargo, si el tratamiento se retrasa considerablemente, no sólo disminuye en gran medida su efectividad, sino que también incrementa el riesgo de sangrado.
Otro enfoque al tratamiento de las apoplejías involucra a medicamentos que podrían proteger del daño a las células cerebrales: los agentes neuroprotectores. Una amplia variedad de medicamentos han mostrado promesa para prevenir lesión irreversible a neuronas cerebrales. Algunos son potencialmente más útiles durante las cuatro horas iniciales después del inicio de una apoplejía, mientras que otros podrían ofrecer beneficio durante un periodo ligeramente posterior, al prevenir el daño causado por el regreso del suministro sanguíneo a células parcialmente privadas ("lesión por reperfusión"). Sin embargo, aunque numerosos medicamentos se han sometido a estudio como agentes neuroprotectores, ninguno ha surgido aún como definitivamente útil.
Los medicamentos anticoagulantes y antiplaquetarios se usan comúnmente como tratamientos preventivos para pacientes en alto riesgo de tener una apoplejía. La dosis baja de aspirina, Plavix (clopidogrel), y Ticlid (hidrocloruro de ticlopidina) actúan para prevenir el agrupamiento de plaquetas sanguíneas que puede conllevar a apoplejías. Coumadin (warfarina) está aprobado por la FDA como un medicamento anticoagulante para pacientes que han sufrido un ataque cardiaco o tienen otra razón médica para estar en alto riesgo de una apoplejía.
Dos factores de riesgo para apoplejía están fuera de control actualmente: los ataques cerebrales ocurren con más frecuencia en adultos mayores, y la prevalencia es más alta en los hombres.
"No está completamente claro si las mujeres están protegidas mediante algún proceso o si los hombres son más vulnerables," dice James W. Simpkins, the Frank Duckworth Professor for Drug Discovery en the University of Florida's College of Pharmacy, quien ha estado estudiando los efectos del estrógeno y los ataques cerebrales.
"Tenemos evidencia de que los andrógenos (hormonas masculinas) son malos jugadores. Éstos son considerables en términos de que proporcionan el entorno para una alta incidencia de apoplejías en hombres," continúa Simpkins. "La testosterona (una hormona masculina) provoca que sucedan cosas en las plaquetas que las hacen más pegajosas. Esto también estimula la secreción de sustancias en el cerebro que provocan que los vasos sanguíneos se estrechen."
"En general, la presión arterial elevada (hipertensión) es el principal factor de riesgo. Las enfermedades cardiacas y el tabaquismo son los dos siguientes más importantes. Éstos se encuentran entre los factores de riesgo tratables," dice Greg Albers, director de Stanford Stroke Center en California.
Los cambios en el estilo de vida y el cuidado médico pueden minimizar la probabilidad de una apoplejía.
Otros factores que incrementan las probabilidades de apoplejía incluyen:
Tan devastador como parece todo esto, su probabilidad de tener una apoplejía severa puede minimizarse con tres pasos sencillos:
Fuentes Adicionales:
National Institute of Neurological Disorders and Stroke (NINDS)
http://www.ninds.nih.gov/index.htm
Stanford Stroke Center
http://www.stanford.edu/group/neurology/stroke/
Referencias:
Biller J, Love BB. Bradley WG, Daroff RB, Fenichel G, Jankovic J, eds. Vascular Diseases of the Nervous System-Ischemic Cerebrovascular Disease In Neurology in Clinical Practice. 4th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2004: 1202-1203.
Emergency treatment for brain attack. Cleveland Clinic website. Disponible en: http://www.ccf.org/ .
NINDS stroke information page. National Institute of Neurological Disorders and Stroke (NINDS) website. Disponible en: http://www.ninds.nih.gov/disorders/stroke/stroke.htm .
Stanford Stroke Center website. Disponible en: http://www.stanford.edu/group/neurology/stroke/ .
Último revisado Agosto 2007 por J. Thomas Megerian, MD, PhD, FAAP
Se provee esta información como complemento a la atención proporcionada por su medico. Dicha información no tiene el propósito o la presunción de substituir el consejo medico profesional. Procure siempre el consejo de su medico o de otro profesional de la salud competente antes de iniciar cualquier tratamiento nuevo o para aclarar cualquier duda que usted pueda tener con relación a un problema de salud.
Registro de propiedad literaria © EBSCO Publishing. Todos los derechos reservados.