La palabra hipnosis evoca visiones de control mental, regresión a la vida pasada, entretenimiento, incluso control del hábito. Aunque existen varias teorías que observan la base de la hipnosis y cómo funciona, no todas las teorías están de acuerdo con las demás. Pero a pesar de las diferencias en las creencias acerca de cómo funciona la hipnosis, existe la conciencia general de que, en muchos casos, puede ser una herramienta poderosa.
La hipnosis y los rituales que se asemejan, se han practicado durante siglos.
Uno de los primeros individuos y posiblemente el más famoso, en estudiar la experiencia hipnótica fue Anton Mesmer. El trabajó en Francia a finales de 1700 y creía que los trances y sus efectos eran provocados por magnetismo animal generado por el individuo, induciendo al trance. Fue desacreditado en 1784 por el principal científico francés y sociedades médicas (incluyendo una comisión dirigida por Bemjamin Franklin) que no encontró bases para su teoría. Pero Mesmer era tan popular en la sociedad francesa y su éxito clínico era tan innegable que el efecto; después conocido como hipnotismo, se llamó primero "mesmerismo" en su honor.
A finales de 1800, los doctores Charcot y Binet (quienes enseñaron e influenciaron a Freud) en el famoso hospital Salpêtriére en París estudiaron la hipnosis. Decidieron que era el resultado de una enfermedad neurológica, la cual provocaba una disociación dentro del sujeto. La porción de la enfermedad de esta perspectiva fue retada y desacreditada muy rápidamente, basada en la experiencia clínica de muchas otras investigaciones que habían observado el fenómeno hipnótico en individuos incontables que no tenían síntomas de ninguna enfermedad. Sin embargo, el concepto de disociación entre las partes conscientes e inconscientes de la mente, continúa siendo una piedra angular de algunos modelos contemporáneos de la hipnosis.
El término "hipnosis" (de hecho "neurohipnosis") fue acuñado en 1843 por James Braid. Al notar la somnolencia típica de muchos sujetos hipnóticos, hypnos es la raíz griega que significa "dormir," Braid pensó que la hipnosis era un subtipo peculiar del sueño. Más adelante, adquirió el conocimiento más moderno y acertado de que los efectos de la hipnosis tenían mucho más que ver con la respuesta psicológica de la parte del sujeto, en lugar de cualquier poder del hipnotista para inducir al sueño. Cuando este moderno entendimiento de hipnosis cayó en el pensamiento científico, el término hipnosis reemplazó al término mesmerismo. Pero dado que el sueño es bastante distinto a la hipnosis, el término "hipnosis" por sí mismo no es realmente acertado, a pesar de su uso en los círculos populares y profesionales.
Con la eliminación de las fuerzas magnéticas, la enfermedad neurológica y los poderes del hipnotista como posibles modelos teóricos, ¿qué es lo que queda?
La perspectiva psicodinámica de la hipnosis está basada en la capacidad de que las partes conscientes e inconscientes de la mente trabajan de manera separada (la "disociación" citada anteriormente) y la sugestión del sujeto. Debe poder rendir un grado de control del ego y permitir al hipnotista para guiarlo a un estado hipnótico (trance) a través del poder de la sugestión. Debido a esta manipulación patente de la conciencia, el trance hipnótico es visto como un estado alterado del consciente, o sugestión elevada.
Pero no todos los estados hipnóticos son inducidos por el hipnotista. El fenómeno natural del "trance" le ocurre a las personas todo el tiempo. ¿Alguna vez ha estado tan concentrado leyendo un libro que no se dio cuenta de que alguien entró a su habitación hasta que lo asustó al hablarle? ¿Alguna vez ha estado manejando a algún lugar y estar tan desconcentrado que cuando finalmente llega a su destino, no pudo recordar mucho o nada acerca de su viaje? Esencialmente, éstas son experiencias de trance y le sucede de manera natural a las personas en una base regular. Normalmente, no conocemos a esto como hipnosis. Por lo general, el término está limitado a la manipulación deliberada del consciente, lo cual enfatiza las experiencias que ocurren de manera natural.
Una segunda teoría (el modelo del comportamiento) presenta a la hipnosis como una respuesta condicionada. Tiene ciertas expectativas de la sesión hipnótica al observar lo que hace el hipnotista y las respuestas que espera de usted. Las actividades del hipnotista crean los estímulos y su comportamiento hipnotizado es la respuesta condicionada.
La teoría del comportamiento social o interpersonal del comportamiento hipnótico recaen en el contexto de la influencia interpersonal. Estos son los modelos académicos primarios y es algo extraño encontrar a un hipnotista que opere bajo estas suposiciones. Estos modelos enfatizan el poder e influencia de las motivaciones del marco social e interpersonal (por ejemplo, complacer al hipnotista para ganar la aprobación de los observadores o para alcanzar exitosamente el resultado deseado) al crear efectos hipnóticos.
El proceso se llama inducción. Muy pocos practicantes balancean el péndulo dorado popularizado en las películas y televisión. Más bien, el hipnotista sólo habla con usted. En el estilo antiguo de la inducción, debe cerrar los ojos y concentrarse en el sonido de la voz del practicante. El hipnotista le sugerirá lenta y repetitivamente que se relaje o que se duerma. Eventualmente, llega a un estado en el que ignora cualquier pensamiento o idea aparte de la sugerida por el hipnotista.
Un enfoque más contemporáneo involucra un estilo más colaborativo y permisivo que le da el poder de participar activamente para alcanzar el estado hipnótico. El hipnotista puede decir historias metafóricas, por ejemplo, diseñadas para evocar recuerdos, ideas y sentimientos. Su mente consciente escucha la superficie o significado superficial de las historias, mientras que las sugerencias más profundas y significados son escuchados por la mente inconsciente, donde tiene lugar en gran parte el efecto hipnótico.
La mayoría de los practicantes contemporáneos reconoce la importancia de las capacidades y diferencias individuales dentro de la persona que es hipnotizada. La capacidad de hipnosis se ve afectada para enfocar la atención y concentración, para ser absorbida en actividad, para elevar su imaginación, para desempeñar un papel, para responder a la sugestión, para confiar en el hipnotista y para dividir el consciente y el inconsciente.
Algunas personas son más susceptibles que otras a la hipnosis, en casi la misma forma en la que algunas personas pueden correr maratones, otras, correr sprints y algunas personas tienen problemas para trotar alrededor de la cuadra. La combinación de un hipnotista capaz y el sujeto que es hipnotizado fácilmente, puede producir algunos resultados sorprendentes.
En general, la mayoría de las personas pueden experimentar la hipnosis en algún grado por lo menos. Incluso un hipnotista no tan bueno puede evocar resultados asombrosos en una persona que es fácilmente hipnotizada. Pero si no se puede hipnotizar fácilmente o se niega a ser hipnotizado, no importa qué tan bueno sea el hipnotista. No sucederá. En otras palabras, usted, el sujeto, está en control. En tanto que no siempre está en bajo control directo del consciente, el hecho permanece en que usted es la influencia primaria si es que la hipnosis funcionará o no y la extensión de lo que ocurrirá.
Es muy posible. Como la cirugía, en la que los resultados dependen de la habilidad del cirujano, la condición del paciente, la naturaleza del problema médico, las herramientas y apoyos disponibles y el cuidado postoperatorio; el éxito de la hipnosis depende de varios factores. Una persona que puede ser hipnotizada fácilmente, con objetivos razonables y un buen hipnotista clínico tiene una alta posibilidad de éxito. Si no se puede hipnotizar fácilmente, tiene miedo explícito de la hipnosis o tiene nociones irreales acerca de lo que le gustaría cumplir, sus probabilidades de éxito disminuyen. En este caso, la capacidad y la confianza del hipnotista son extremadamente importantes.
La hipnosis puede resultar exitosa en el tratamiento de una amplia variedad de problemas, incluyendo:
La hipnosis puede ser un tratamiento por sí mismo o junto con la asesoría regular o psicoterapia. Entre más específico sea el objetivo, será mejor. No hay nada intrínsecamente curativo o de ayuda acerca del simple hecho de ser hipnotizado; como la consejería tradicional o terapia, necesita haber un objetivo y un propósito.
La hipnosis no puede curar la depresión directamente, aunque puede ser una parte del tratamiento para encontrar las dificultades específicas que pueden contribuir a la depresión. La hipnosis no puede curar problemas basados neurológicamente como los ataques o la pérdida de la memoria causada por la enfermedad de Alzheimer o cambios en la personalidad a causa de una lesión cerebral. La hipnosis no funciona muy bien para la mayoría de las personas con trastorno obsesivo-compulsivo. Ningún tipo de hipnosis puede curar las principales enfermedades mentales.
La hipnosis también se puede usar para los casos no clínicos, como en las investigaciones policíacas o para refrescar la memoria de los testigos legales (aunque las condiciones estrictas para esto, se deben admitir en la corte).
La hipnosis es un fenómeno complejo y es una herramienta efectiva para el tratamiento de los problemas humanos si se aplican de la manera apropiada. Pero recuerde que no es una panacea, ni es infalible. A pesar del desacuerdo acerca de cómo funciona, pocas personas pueden negar que puede pasar algo poderoso bajo la hipnosis.
FUENTES ADICIONALES DE INFORMACION:
International Journal of Clinical and Experimental Hypnosis
Society for Clinical and Experimental Hypnosis
http://ijceh.educ.wsu.edu/
New England Society for Clinical Hypnosis
http://www.nesch.org
Fuentes:
International Journal of Clinical and Experimental Hypnosis. Society for Clinical and Experimental Hypnosis. Available at: http://ijceh.educ.wsu.edu/ .
New England Society for Clinical Hypnosis. Available at: Http://www.nesch.org.
Último revisado Abril 2005 por Judith Logan, MD, MS
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