Una persona con IDDM debe recibir inyecciones de insulina para sobrevivir. Sin insulina, los síntomas empeoran hasta que el paciente pierde la consciencia y cae en coma. Sin embargo, con inyecciones diarias de insulina y una dieta cuidadosa, la mayoría de las personas con IDDM pueden llevar vidas activas con las mismas ambiciones y retos que aquellas que no padecen diabetes.
El tratamiento para IDDM incluye una rutina diaria de inyecciones de insulina o el uso de una bomba de insulina. Siguiendo las instrucciones de un médico, una persona con IDDM compra insulina y jeringas y se inyecta así misma a diario. (El padre de un niño pequeño con IDDM puede hacer esto por el niño). Más y más personas también están utilizando instrumentos caseros para medir el nivel de glucosa en la sangre durante el día. De esta manera, ellos pueden ajustar la dosis de insulina de forma más cercana a los cambios en su glucosa hora a hora. El monitoreo de glucosa en la sangre es una forma más precisa para revisar el tratamiento de diabetes que la prueba de orina.
Comer los alimentos apropiados en el momento adecuado es una parte importante del tratamiento. Una persona con IDDM necesita coordinar sus alimentos con las dosis de insulina para evitar que la glucosa de la sangre sea muy alta o muy baja. Los alimentos que usted escoge también pueden jugar un papel importante en el control de los niveles de glucosa en la sangre. Incrementar la proporción de fibra y carbohidratos complejos en su dieta y evitar el azúcar refinada podría ayudar a reducir los cambios drásticos en la glucosa de la sangre y podría, en algunas personas, permitir la disminución de las dosis de insulina. Los alimentos que contienen fibra incluyen los frijoles, los granos enteros y algunas frutas, mientras que los carbohidratos complejos o almidones incluyen las papas, el arroz y la pasta.
Reducir las grasas y el colesterol puede ayudar a reducir los riesgos de enfermedad cardíaca, lo cual afecta a las personas con diabetes con mayor frecuencia que a aquellas con un metabolismo normal de glucosa.
El ejercicio, como la dieta, puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedad cardíaca. Estar en forma también puede proporcionar una sensación de bienestar y fuerza que tiene una importancia especial para alguien con una enfermedad crónica como la diabetes.
Sin embargo, ejercítese cuidadosamente. El ejercicio extenuante incrementa el uso de glucosa por parte de los músculos, así que puede disminuir la glucosa en la sangre. Al mismo tiempo, el ejercicio también estimula al cuerpo para liberar glucosa y grasas para utilizarlas como energía. Este estímulo puede tener el efecto de elevar la glucosa en la sangre. Para ejercitarse con seguridad, debería equilibrar la dosis de insulina, los alimentos y el tiempo de ejercitación para evitar que los niveles de glucosa lleguen muy alto o muy bajo.