Los medicamentos con receta son sustancias poderosas que pueden tener efectos significativos y positivos en la salud. Por ejemplo, el dolor intolerable puede pasarse a niveles tolerables o imperceptibles, permitiendo una cirugía compleja, rehabilitación y el regreso a actividades normales de la vida diaria. Las mayoría de las personas utiliza medicamentos recetados de manera responsable. Sin embargo, el mal uso de estos medicamentos puede conducir rápidamente al abuso y a la adicción.
Aunque el uso de muchos medicamentos con receta puede ser excesivo o emplearse mal, estas tres clases son de las que más comúnmente se abusa:
La adicción rara vez se presenta entre las personas que usan estos medicamentos como lo indica su médico o farmaceuta. Sin embargo, el uso inadecuado de medicamentos con receta en algunos casos puede causar adicción.
Los opiáceos se usan para aliviar el dolor. (También son llamados "analgésicos" que es otra palabra para una medicina que alivia el dolor.) Cuando se toman exactamente como se prescriben, los opiáceos pueden controlar el dolor de manera efectiva y segura, sin causar adicción clínica.
Emplos de opiáceos incluyen los siguientes medicamentos:
Además de aliviar el dolor, ciertos opiáceos pueden usarse para aliviar la diarrea severa (Lomotil) o tus severa (codeína).
Los opiáceos se adhieren a específicas proteínas llamadas receptores opioides, los cuales se encuentran en el cerebro, la médula espinal y al tracto gastrointestinal. Una vez adheridos a estos receptores en el cerebro y en la médula espinal, los opiáceos pueden bloquear la transmisión de mensajes de dolor al cerebro. Además de aliviar el dolor, los opiáceos pueden afectar áreas en el cerebro responsables del placer y causar sensaciones de euforia.
Las sensaciones eufóricas, así como también la remoción del dolor, son las que puede llevar a algunas personas al uso excesivo de los opiáceos - tomar el medicamento con más frecuencia, en cantidades más grandes y/o por más tiempo del que es médicamente necesario. El uso excesivo puede resultar en tolerancia, lo que significa que se deben tomar dosis cada vez más elevadas del medicamento para obtener los mismo efectos iniciales deseados. Con el uso a largo plazo, usted puede llegar a ser físicamente dependiente de los opiáceos. Esto significa que su cuerpo se ha adaptado a la presencia del medicamento y mostrará síntomas de abstinencia si usted deja de usarlo. Los síntomas de la abstinencia incluyen:
Los opiáceos también pueden causar somnolencia y estreñimiento y, dependiendo de la cantidad tomada, reduce la respiración. Tomar una sola dosis grande puede causar una depresión respiratoria severa que puede ser fatal.
Los opiáceos pueden interactuar con otras sustancias y por lo tanto sólo deben usarse con otras sustancias bajo la supervisión de su médico. Debido a que los opiáceos hacen que la respiracíon sea más lenta, estos no deben tomarse con sustancias que también tengan este efecto; los efectos combinados pueden poner en peligro su vida. Los medicamentos que no deberían combinarse con los opiáceos incluyen los siguientes:
Las personas que son adictas a los opiáceos con receta pueden ser tratadas con terapia de metadona. La metadona es un opiáceo sintético que bloquea los efectos de la heroína y otros opiáceos, elimina los síntomas de la abstinencia y alivia la ansiedad por el medicamento. Ésta se ha usado por más de 30 años para tratar la adicción a los opiáceos. Otros medicamentos incluyen:
Los depresivos del sistema nervioso central (CNS por sus siglas en inglés) hacen más lenta la función del cerebro. De hecho, algunos depresivos CNS son tan poderosos en dosis más elevadas que pueden ser usados como anestesia general. Los depresivos CNS pueden dividirse en dos grupos:
La mayoría de los depresores CNS incrementan la actividad del neurotransmisor ácido gamma-aminobutírico (GABA pos sus siglas en inglés). El GABA es un químico cerebral que reduce la actividad del cerebro. Por lo tanto, el incremento en el GABA conduce a una reducción de la actividad cerebral, lo que produce somnolencia y efectos calmantes. Estos efectos son deseables para las personas que lidian con la ansiedad y los desórdenes del sueño. Sin embargo, los barbitúricos y las benzodiazepinas pueden ser adictivas y sólo deben usarse tal y como se prescriben.
Con el uso a largo plazo de altas dosis de un depresivo CNS, su cuerpo se acostumbrará al medicamento y experimentará peligrosos síntomas de abstinencia si deja de usarlo. Por ejemplo, debido a que los depresivos CNS funcionan al reducir la actividad del cerebro, cuando se deja de tomar el medicamento, la actividad del cerebro puede rebotar al punto que se pueden presentar ataques. Cuando se disminuye el uso de estos medicamentos, es esencial hablar con su médico para que pueda quitarse del uso de estos medicamentos de una manera segura.
Los depresivos CNS no deben combinarse con cualquier otro medicamento o sustancia que cause somnolencia. Los efectos combinados de dos substancias depresivas pueden hacer que la respiración y el ritmo cardiaco sean más lentos hasta niveles que pueden ser fatales. Por lo tanto, debe evitarse lo siguiente cuando esté tomando un depresivo CNS:
El tratamiento para el abuso de depresivos CNS debería combinar supervisión médica con asesoría psicológica, lo cual puede hacerse como un paciente interno o externo. Un tipo de asesoría llamado terapia cognitiva del comportamiento ha sido usado exitosamente con personas en recuperación del abuso de las benzodiasepinas. Este tipo de terapia se enfoca en modificar la forma de pensar, expectativas y conductas de un paciente mientras simultáneamente incrementa las habilidades para lidiar con el estrés de la vida.
El abuso de los depresivos CNS con frecuencia se presenta en conjunto con el abuso de otras sustancias o drogas, como el alcohol o la cocaína . En estos casos de abuso de varias drogas, el enfoque del tratamiento necesita dirigirse a las adicciones múltiples.
Los estimulantes son una clase de medicamentos que aumentan la actividad del cerebro. Estas causan un incremento en la alerta, atención y energía que las acompañan con un incremento en la presión sanguínea, ritmo cardiaco e índice de respiración. Los medicamentos de esta clase incluyen:
Los estimulantes alguna vez se usaron para tratar una variedad de enfermedades. Sin embargo, a medida que su abuso y adicción se hicieron obvias, se han estado usando cada vez menos. Ahora, los estimulantes se precriben para tratar sólo unas cuantas condiciones de la salud, incluyendo: narcolepsia , desorden de déficit de atención por hiperactividad (ADHD) , la depresión que no ha respondido a otros tratamientos, obesidad (sólo para tratamiento a corto plazo), y asma que no ha respondido a otros medicamentos.
Los estimulantes son similares en estructura a los neurotransmisores llamados monoaminas, las cuales incluyen la norepinefrina y la dopamina. Los estimulantes incrementan el nivel de estos neurotransmisores en el cerebro y el cuerpo, lo cual causa cambios, incluyendo incrementos en la presión sanguínea, el ritmo cardiaco y la glucosa de la sangre, y la opresión de los vasos sanguíneos. Además, el incremento de la dopamina está asociado con una sensación de euforia. Esta euforia puede causar que la gente abuse de los medicamentos estimulantes.
La investigación indica que la gente con ADHD no llega a ser adicta a los medicamentos estimulantes, como el Ritalin, cuando el medicamento se toma exactamente como se prescribe. Sin embargo, cuando se les da un mal uso, los estimulantes pueden ser adictivos - con consecuencias peligrosas. Dosis altas de un estimulante pueden causar lo siguiente:
Los estimulantes no deben mezclarse con los antidepresivos, ya que los antidepresivos pueden aumentar los efectos del estimulante. Los estimulantes tampoco deben ser mezclados con medicamentos sin prescripción para los resfriados que contengan descongestionantes; esta combinación puede causar una elevación de la presión sanguínea de manera peligrosa o ritmos cardiacos irregulares.
En muchos casos, el primer paso para tratar la adicción a los estimulantes es reducir lentamente la dosis del medicamento e intentar tratar los síntomas de la abstinencia. Este proceso es llamado desintoxicación; éste es seguido de una forma de terapia conductual como:
No se han comprobado medicamentos para el tratamiento de la adicción a los estimulantes. Los antidepresivos, sin embargo, pueden usarse para controlar los síntomas de la depresión que puedan presentarse cuando alguien deja de tomar estimulantes.
Fuentes Adicionales de Información
The Substance Abuse and Mental Health Services Administration
http://www.samhsa.gov/
National Institute on Drug Abuse
http://www.drugabuse.gov/
Partnership for a Drug-Free America
http://www.drugfreeamerica.org/
Fuente
Prescription drugs and pain medications. National Institute on Drug Abuse.
Disponible en: Http://www.drugabuse.gov/Infofax/PainMed.html
Accedido 23 de septiembre del 2003.
Último revisado Septiembre 2003 por Richard Glickman-Simon, MD
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