Los síntomas de la dermatitis atópica varían de persona a persona. Los síntomas más comunes son:
La sensación de comezón es un factor importante en la dermatitis atópica, porque el rascarse y frotarse en respuesta a la comezón empeora la inflamación de la piel característica de esta enfermedad. Las personas con dermatitis atópica parecen ser más sensibles a la comezón y en consecuencia sienten la necesidad de rascarse. Ellos desarrollan lo que se conoce cómo " el ciclo comezón-rascar ": La comezón extrema de la piel provoca que la persona se rasque, lo que en consecuencia empeora la comezón y así progresivamente. La comezón es un problema, particularmente mientras se duerme, cuando el control consciente de la acción de rascarse disminuye y la ausencia de otros estímulos externos hace más evidente la comezón.
Piel escamada y curtida
La forma en que la piel es afectada por la dermatitis atópica puede ser cambiada por patrones de acción de rascarse y las consiguientes infecciones de la piel. Algunas personas con la enfermedad desarrollan una piel rojiza y con escamaciones dónde el sistema inmunológico de la piel se está volviendo muy activo. Otras desarrollan piel gruesa y curtida como resultado de rascarse y frotarse constantemente. Esta condición se llama liquenificación .
Pápulas y excoriaciones
Incluso otros desarrollan pápulas o pequeñas protuberancias en la piel. Cuando se rasca las pápulas, éstas podrían abrirse (excoriaciones) y volverse irritables e infectarse. Esas condiciones que también pueden encontrarse en personas sin dermatitis atópica o con otros tipos de trastornos de la piel.
Cambios de la piel que circunda los ojos
La dermatitis atópica también podría afectar la piel alrededor de los ojos, los párpados y las cejas y pestañas. Rascarse y frotarse el área de los ojos puede provocar que la piel cambie de aspecto. Algunas personas con dermatitis atópica desarrollan un pliegue extra de piel debajo de sus ojos, llamado pliegue atópico o pliegue de Dennie-Morgan. Otras personas podrían tener párpados hiperpigmentados, esto significa que la piel de sus párpados se oscurece debido a la inflamación o a la fiebre de heno (resplandores de la alergia). Los cejas y pestañas desiguales también podrían ser resultado de rascarse y frotarse.
Los investigadores han observado diferencias en la piel de personas con dermatitis atópica que podrían contribuir a los síntomas de la enfermedad. La epidermis , que es la capa más exterior de la piel, se divide en dos partes:
Bajo condiciones normales el estrato córneo actúa como una barrera. Impide que muera el resto de la piel y protege otras capas de la piel del daño causado por irritantes e infecciones. Cuando se daña esta barrera, los irritantes actúan de manera más intensa sobre la piel. La piel de una persona con dermatitis atópica pierde mucha humedad de la capa epidérmica. Esto le permite a la piel volverse muy seca y reduce sus habilidades de protección, Además, la piel del paciente es muy susceptible a infecciones recurrentes, tales como:
* Liquenificación : Piel gruesa y curtida como resultado de rascarse y frotarse
* Pápulas : Pequeñas protuberancias que pueden abrirse cuando se les rasca, volviéndose irritables e infectadas.
* Ictiosis: escamas secas y rectangulares en la piel
* Queratosis pilaris: pequeñas protuberancias ásperas, generalmente en la cara, la parte superior de los brazos y los muslos
* Palmas hiperlineales: un gran número de líneas de la piel en las palmas
* Urticaria: urticaria (protuberancias rojizas), con frecuencia después de una exposición a un alérgeno, al comienzo de las exacerbaciones o después del ejercicio o un baño caliente
* Quelitis: inflamación de la piel en y alrededor de los labios
* Pliegue atópico (pliegue de Dennie-Morgan): un pliegue extra de la piel que se desarrolla debajo del ojo
* Párpados hiperpigmentados: párpados que han adquirido un color oscuro debido a la inflamación o a la fiebre del heno
Fuente:
National Institutes of Health
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