Aunque no son inevitables, las discapacidades físicas y otras limitaciones funcionales, cognoscitivas y sensoriales afectan a muchos adultos. De hecho, 20% de los adultos ancianos en los Estados Unidos tienen discapacidades crónicas. Además, 7-8% tienen daños cognoscitivos graves, un tercio tiene limitaciones de movilidad, 20% tiene problemas visuales y 33% tienen daños auditivos. En 2000, se gastaron $123 millones en el cuidado de largo plazo para los ancianos con discapacidades.
Mientras los estudios han mostrado que la esperanza de vida entre los ancianos ha estado creciendo constantemente, permanece incierto si esta reducción en la mortalidad ha significado una disminución en el índice de reincidencia. Aunque varios estudios recientes han sugerido que las tasas de discapacidad y otras limitaciones han declinado, ninguna revisión sistemática de esta investigación ha sido emprendida hasta ahora.
Investigadores del Polisher Research Institute y otras instituciones de investigación han llenado este vacío en un artículo publicado en la edición del 25 de diciembre de 2002 de la Journal of the American Medical Association . Ellos encontraron que la discapacidad y otras limitaciones de la edad senil de hecho han declinado en la última década.
Los científicos revisaron más de 800 artículos sobre las discapacidades y otras limitaciones asociadas con la edad publicados desde enero de 1990 hasta mayo de 2002. De estos, seleccionaron 16 artículos, con base en ocho estudios, para poder establecer la discapacidad y permanencia de limitaciones entre las personas ancianas en los Estados Unidos en la última década. Los participantes del estudio generalmente tenían 65 años y más.
La discapacidad física fue definida como la incapacidad de llevar a cabo independientemente papeles o actividades específicas dentro de un ambiente dado. Las limitaciones funcionales, cognoscitivas y sensoriales fueron definidas como dificultades subyacentes con tareas físicas, relativas a la memoria y visuales y relativas al oído.
La prevalencia de cualquier discapacidad declinó significativamente durante la década de 1990; el promedio declinó desde 1.55 hasta 0.92% anual, dependiendo del estudio. Estas mejorías fueron más fuertes para las actividades instrumentales de la vida diaria (IADL, por sus siglas en inglés), las cuales incluyen tareas caseras, control de medicamentos, subir escaleras y caminar. Las tendencias para las actividades de la vida diaria (ADL, por sus siglas en inglés), las cuales incluyen actividades de cuidado personal como bañarse, vestirse y usar el baño, fueron confusas.
El daño cognoscitivo grave declinó significativamente en la última década. Los estudios sobre las tendencias visuales tuvieron resultados confusos, mientras las tasas de daño auditivo han permanecido constantes.
De acuerdo a esta revisión ciertas discapacidades asociadas con el funcionamiento más alto (IADL) y el daño cognoscitivo grave han declinado en la última década. No obstante, el hecho de que no hubo mejoría clara en ADL es desanimador. El perder las ADL representa la clase más seria de discapacidad, ya que sin ellas un adulto anciano requiere supervisión constante, normalmente en un asilo.
Aunque estos hallazgos ofrecen algo de esperanza de que la declinación de la discapacidad podría contrarrestar algunos de los efectos financieros de la población envejecida, los autores del estudio declaran que la precaución está en orden. Las explicaciones de las tendencias observadas en este estudio son desconocidas y necesitan explorarse más.
En el futuro, las tecnologías asistentes y las modificaciones a la casa son probables de hacer a las IADL o a las tareas de vida independiente, más fáciles para muchos adultos ancianos. No obstante, es de pensar que nuestro progreso loable en extender las vidas de las personas no haya sido igualado por nuestra capacidad de mantenerlos bien y viviendo independientemente. Esto podría tener enormes implicaciones de salud pública para una sociedad al borde del cuidado de su población de baby boom senil.
FUENTES ADICIONALES DE INFORMACIÓN:
National Council on the Aging
http://www.ncoa.org
National Institute on Aging
National Institutes of Health
http://www.nia.nih.gov
Fuentes:
Freedman VA, Martin LG and RF Schoeni. Recent trends in disability and functioning among older adults in the United States: A systematic review. JAMA . 2002; 288: 3137-3146.
Último revisado Dec 27, 2002 por Richard Glickman-Simon, MD
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