Anteriormente, en la década de 1970, los riesgos de beber alcohol durante el embarazo eran bastante desconocidos. Como resultado, muchas mujeres consumieron alcohol durante su embarazo, en ocasiones incluso bebiendo demasiado.
Desde entonces, los estudios han encontrado que la exposición fetal al alcohol está relacionada con daños en la atención, memoria, intelecto, juicio y comportamiento social.
En 1974, los investigadores empezaron un estudio al registrar los hábitos de bebida de mujeres embarazadas. Actualmente, 22 años después, ellos investigaron para analizar los efectos que la exposición prenatal al alcohol podría tener sobre los hijos de estas mujeres. En un artículo publicado en abril de 2003 de los Archives of General Psychiatry , los investigadores reportan que las madres que beben demasiado, incluso una vez durante el embarazo, ponen a sus hijos en un riesgo significativamente mayor de desarrollar problemas de bebida cuando sean adultos jóvenes.
Desde 1974 hasta 1975, los investigadores identificaron 500 mujeres que tenían (en promedio) cinco meses de embarazo. Ellos las entrevistaron para evaluar:
Veintidós años después, los investigadores entrevistaron a 433 hijos (ahora de casi 21 años de edad) de madres que habían sido entrevistadas en la década de 1970. A los adultos jóvenes se les preguntó sobre sus patrones usuales de bebida, si tomaban, y qué tan a menudo, cinco o más bebidas en un solo día, y sobre las consecuencias negativas percibidas a causa de su bebida (por ejemplo, pérdida del conocimiento, desmayos, tolerancia). Con base en esto y en otra información, los sujetos fueron clasificados sobre la Alcohol Dependence Scale (ADS), que valora la presencia y severidad de problemas de bebida y síntomas de dependencia.
El ochenta por ciento de las madres consumió alcohol durante el embarazo y en los meses previos a enterarse que estaban embarazadas. El treinta y uno por ciento de estas mujeres reportaron al menos un ejemplo de episodio fuerte de bebida durante el embarazo.
De los 433 adultos jóvenes, el 82.9% dijeron ser bebedores actuales. El 17.1% restante eran abstemios actuales o de toda la vida. Con base en la ADS, se encontró que el ocho por ciento de los 433 hijos tenían al menos dependencia ligera al alcohol.
Los investigadores encontraron que el 14.1% de los adultos jóvenes cuyas madres bebieron demasiado en una o más ocasiones durante el embarazo, tuvieron problemas alcohólicos (Un puntaje ADS mayor o igual a 10) a los 21 años, en comparación con el 4.5% de los adultos jóvenes cuyas madres no bebieron tanto durante su embarazo. Esta diferencia significativa se mantuvo incluso cuando se tomaron en cuenta factores como antecedente familiar de problemas alcohólicos y exposición prenatal a la nicotina y otras drogas.
Las edades entre los 18 y 24 (los años universitarios) tienden a ser el período en que la mayoría de la gente bebe más, aunque la mayoría de la gente que bebe demasiado en este momento no sigue hasta tener problemas alcohólicos. Por otra parte, las personas que desarrollan problemas alcohólicos en una etapa posterior de su vida, empiezan a beber durante la adolescencia o adultez joven. Como resultado, el identificar a los adultos jóvenes que están en riesgo mayor de problemas alcohólicos posteriores, podría ayudarlos a evitar ese camino.
Con base en la ADS, los investigadores en este estudio pudieron distinguir entre bebedores que exhibieron las "típicas" conductas universitarias de bebida y quienes tenían síntomas de dependencia al alcohol, tales como desmayos, pérdida del conocimiento y volverse físicamente enfermos. Estos últimos fueron significativamente más propensos al haber tenido madres que bebieron demasiado en una o más ocasiones durante su embarazo.
Si bien se ha sabido desde siempre que el uso excesivo de alcohol durante el embarazo podría resultar en serios problemas intelectuales y de conducta, ésta es la primera vez que ha sido vinculado con la dependencia al alcohol en etapas posteriores de la vida, incluso en ausencia de estos serios problemas neurológicos. Esta investigación además respalda el consejo de que las mujeres no deben beber mientras estén embarazadas.
FUENTES ADICIONALES DE INFORMACIÓN:
Alcoholics Anonymous
http://www.alcoholics-anonymous.org/
National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism
National Institutes of Health
http://www.niaaa.nih.gov/
Fuentes:
Baer JS, et al. A 21-year longitudinal analysis of the effects of prenatal alcohol exposure on young adult drinking. Arch Gen Psychiatry . 2003; 60:377-385.
Último revisado 17 de abril de 2003 por Richard Glickman-Simon, MD
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