En 2002, aproximadamente 3.1 millones de personas murieron a causa del SIDA . El SIDA es ocasionado por el Virus de Inmunodeficiencia Humano (VIH), el cual es transmitido entre personas a través de la sangre, el semen y los fluidos vaginales. El VIH infecta las células CD4 (células inmunológicas que combaten las infecciones), eliminándolas o dañándolas para que ya no sean capaces de funcionar. Alguien que ha salido positivo con VIH no necesariamente tiene SIDA. Para diagnosticar el SIDA, al menos se debe cumplir uno de los dos criterios: El conteo de células CD4 debe descender por abajo de un nivel predeterminado y/o el paciente debe ser diagnosticado con infecciones o cánceres que señalen una deficiencia subyacente en el sistema inmunológico.
Cuando la epidemia del SIDA comenzó en la década de 1980, la mayoría de las personas que resultaban VIH positivo desarrollaban SIDA. Desde entonces, los tratamientos han mejorado y el pronóstico para las personas con VIH es mucho mejor.
Los medicamentos para el VIH que han sido aprobados por la FDA incluyen inhibidores de transcriptasa reversa (RT, por sus siglas en inglés) e inhibidores de proteasa. Ambos inhiben la habilidad del virus de duplicarse a sí mismo; los inhibidores RT en una etapa temprana y los inhibidores de proteasa en una etapa posterior del ciclo de vida del virus. Estos medicamentos, utilizados de manera separada, se vuelven rápidamente ineficaces debido a un inevitable desarrollo de resistencia al VIH. Sin embargo, utilizados en conjunto, estos han disminuido drásticamente la enfermedad y muerte relacionadas al VIH desde su combinación en 1996. De ahí su nombre: Terapia antirretroviral altamente activa (HAART, por sus siglas en inglés).
Sin embargo, debido a que la HAART es costosa y plantea serios efectos secundarios, algunos investigadores han cuestionado si la HAART sería capaz de sostener sus efectos benéficos a largo plazo en una gran población de pacientes. Hasta la fecha, ha habido una falta de estudios longitudinales que observen los efectos de la HAART durante varios años.
Un nuevo estudio publicado en la edición del 5 de julio de 2003 en The Lancet dio seguimiento a un grupo de personas con VIH y/o SIDA desde 1994 hasta 2002 y descubrió que la reducción de la enfermedad y muerte relacionadas con el VIH producida por la HAART se mantuvo durante varios años. Los investigadores determinaron que la incidencia de SIDA o de muerte disminuyó drásticamente hasta septiembre de 1998 y continuó descendiendo un 8% cada seis meses a partir de entonces.
Los investigadores incluyeron a 9,803 pacientes de 70 clínicas de VIH/SIDA en Europa, Israel y Argentina. Los pacientes fueron divididos en tres grupos, dependiendo de donde eran reclutados:
Los investigadores recolectaron información sobre los conteos de CD4 de los pacientes (un indicador de la progresión de la enfermedad) y sobre los regímenes de tratamiento cada seis meses. También fueron documentadas las fechas de las muertes y los diagnósticos de SIDA. Con esta información, los investigadores calcularon la incidencia de SIDA o muerte cada seis meses durante el periodo del estudio.
Durante el transcurso del estudio, el conteo promedio de CD4 en los pacientes se elevó constantemente, de 164 células por microlitro (células/µL) en 1994 - 1995 a 424 células/µL en 2001 - 2002. Además, el índice combinado de muertes y SIDA descendió constantemente con el tiempo y para septiembre de 1998, fue de aproximadamente una décima parte de lo que era al principio de la investigación en 1994. Después de septiembre de 1998, el índice combinado de muertes y SIDA continuó descendiendo aproximadamente 8% cada seis meses.
Cuando se comparan la era pre-HAART, la HAART en sus etapas iniciales y la HAART avanzada, los investigadores descubren disminuciones drásticas en los índices de SIDA y muertes. La incidencia de SIDA era aproximadamente 50% menor en la HAART avanzada cuando se comparaba con la HAART en sus etapas iniciales. La incidencia de muertes también disminuyó significativamente de la era pre-HAART a la HAART avanzada.
Debido a que este estudio fue realizado en centros específicos de Europa, Israel y Argentina, podría no ser representativo de los pacientes con VIH y SIDA en todas las regiones del mundo. La experiencia de los médicos clínicos, las decisiones de los tratamientos y la disponibilidad de los regímenes HAART varía enormemente, pero debido a que este estudio incluyó a un gran número de clínicas, es probablemente una representación razonable de otras poblaciones.
Aunque hubo una drástica disminución en la incidencia de SIDA y muertes cuando HAART fue introducida por primera vez en 1996, los escépticos estaban preocupados de que los problemas con la conformidad y los posibles efectos adversos podrían disminuir su efectividad a la larga. Este estudio mostró que estos problemas hasta el momento no han estorbado el éxito clínico de la HAART. De hecho, desde que la HAART fue introducida, ha habido una drástica y sostenida disminución en las enfermedades y muertes relacionadas con el VIH.
Debido a que los índices de muertes y de SIDA siguieron disminuyendo en el periodo de la HAART avanzada, es posible que a los beneficios duraderos de la HAART les tome algo de tiempo aparecer. Los estudios de seguimiento de mayor plazo serán necesarios para observar los efectos de la HAART con el paso del tiempo. Sin embargo, la HAART no es una cura para el SIDA y los programas de prevención siguen siendo la clave para controlar la actual epidemia de VIH a nivel mundial.
FUENTES ADICIONALES DE INFORMACIÓN:
Office of National AIDS Policy
http://www.whitehouse.gov/onap/
AIDS Action
http://www.aidsaction.org
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Fuentes:
Joint United Nations Programme on HIV/AIDS website
Disponible en: Http://www.unaids.org/en/default.asp
Accedido el 7 de julio de 2003
aidsmap website
Disponible en: Http://www.aidsmap.com/
Accedido el 7 de julio de 2003
National Institute of Allergy and Infectious Diseases
Disponible en: Http://www.niaid.nih.gov/
Accedido el 7 de julio de 2003
Mocroft A, Ledergerber B, Katlama C, et al. Decline in AIDS and death rates in the EuroSIDA study: an observational study. The Lancet . 2003;362:22-29.
Último revisado Julio 10, 2003 por Richard Glickman-Simon, MD
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