mythbuster graphic Además de ser un peligro para manejar seguro, los teléfonos celulares han sido acusados de causar tumores cerebrales. ¿De dónde proviene esta preocupación?

Los teléfonos celulares (célula) usan ondas de radio para llevar información entre las personas que llaman. La frecuencia de estas ondas varía de aproximadamente 850 a 1900 megahertz (MHz), que se encuentra aproximadamente en medio de las frecuencias usadas por estaciones de radio FM y los hornos de microondas. Entre más altas sean las frecuencias, la energía llevada por las ondas es mayor.

Aunque las ondas de energías más altas pueden calentar tejidos vivientes lo suficiente para causar daño, el calor generado por los teléfonos celulares es tan pequeño que pocos científicos creen que pueda causar algún daño a los usuarios humanos.

No obstante, algunos tipos de tumores cerebrales se han diagnosticado cada vez más desde que comenzó la era de teléfonos celulares (más notoriamente, neuroma acústico , el cual puede afectar la audición). Aún, ningún estudio ha probado concluyentemente una relación causal entre el uso de teléfono celular y el desarrollo de tumores cerebrales. Pero no se cuelgue del mito aún; éste no tiene una respuesta fácil.

Evidencia Contra la Aseveración

Numerosos estudios extensos no han logrado mostrar una conexión clara entre el uso de teléfono celular y el riesgo general de desarrollar cáncer cerebral .

Un estudio realizado en Suecia comparó a 233 pacientes con cáncer cerebral diagnosticado entre 1994-1996, con 466 "controles" (personas que no tenían cáncer cerebral). Otro estudio realizado por the American Health Foundation comparó a 469 pacientes con cáncer cerebral diagnosticado entre 1994-1998 en Nueva York, Massachusetts, y Rode Island, con 422 controles. Y un tercer estudio realizado por the US National Cancer Institute comparó a 782 pacientes con cáncer diagnosticado en Arizona, Pennsylvania, y Massachusetts entre 1994-1998, con 799 controles.

Todos estos estudios encontraron que los pacientes con cáncer cerebral no reportaron usar teléfonos celulares más de lo que lo hacían en el grupo de control. Estos hallazgos fueron consistentes, independientemente del tipo de cáncer cerebral que estaba presente o el lugar del cerebro en el que se localizaba el tumor. Irónicamente, algunos de los hallazgos indicaron un riesgo menor de tumores cerebrales entre usuarios de teléfono celular, cuyas razones no se determinaron. Esto pudo haber sido sólo una anomalía estadística.

Además, la mayoría de los estudios no encontraron una relación entre el lado de la cabeza en el que ocurrían los tumores cerebrales y el lado de la cabeza en el que se usó el teléfono celular. Aunque los hallazgos del estudio sueco no fueron concluyentes en este punto, investigadores han señalado que debido a que los pacientes en el estudio sabían el lado en el que estaban sus tumores cerebrales, eso pudo haber predispuesto la exactitud de su uso reportado de teléfono celular.

Otros dos estudios más recientes han tenido resultados similares. Un estudio realizado en Inglaterra de 2000 a 2004 observó a 966 personas diagnosticadas con glioma cerebral (un tipo de tumor cerebral) y 1716 controles. Investigadores no encontraron evidencia de que el uso de teléfono celular incrementara el riesgo de los tumores cerebrales estudiados. Tampoco encontraron asociación con el riesgo de tumores cerebrales con base en duración de uso, lado de uso, o cantidad de uso de teléfono celular.

Estos resultados fueron similares a los de un estudio danés publicado en el artículo del 12 de abril de 2005 en Neurology, la revista científica de American Academy of Neurology. Este estudio de 427 personas con tumores cerebrales y 822 personas sin ellos, una vez más no demostró riesgo incrementado de tumores cerebrales con el uso, frecuencia de uso, o número de años de uso de teléfonos celulares. El estudio danés fue un tanto inusual en ello, además de preguntar a sus participantes acerca de sus hábitos de teléfono celular, también obtuvo registros de sus compañías de telefonía celular para documentar algo del uso de teléfono de los participantes, por lo tanto incrementando la exactitud del estudio.

A pesar de este consuelo agregado, el autor del estudio señaló que debido a que una porción relativamente pequeña de la población danesa ha usado teléfonos celulares regularmente durante más de diez años, se necesitan estudios más extensos para determinar concluyentemente los efectos a largo plazo del uso de teléfono celular en este grupo.

Evidencia para la Aseveración de Salud

La mayoría de los estudios realizados al respecto no han encontrado evidencia de que usar teléfonos celulares digitales incremente el riesgo de un usuario de desarrollar cualquier tipo de tumor cerebral. Pero algunos estudios han encontrado que los pacientes con tumor cerebral que usan teléfonos celulares tienen tumores que crecen más rápido que los tumores en aquellos que no usan teléfono celular.

Un estudio sueco realizado entre 1997-2000 entre 1429 pacientes con tumores cerebrales y 1470 controles produjo resultados un tanto mezclados. Aunque el uso de teléfonos inalámbricos y teléfonos celulares digitales no sugirió algún incremento en el índice de cáncer, el estudio sí encontró que los usuarios de teléfonos celulares análogos tuvieron un riesgo ligeramente mayor de desarrollar tumores cerebrales que los que no usaban teléfonos celulares, y el riesgo incrementaba por cada año de uso.

Los teléfonos celulares análogos operan en una frecuencia diferente que los teléfonos celulares digitales. Éstos se han vuelto menos populares desde que se introdujeron los teléfonos celulares digitales. Ellos usan un tipo diferente de batería, y usan una señal electrónica continua, en contraste con la señal de "impulso" intermitente usada por los teléfonos celulares digitales.

Además, el estudio encontró que aunque no hubo incremento en el número de tumores entre usuarios de teléfonos celulares digitales, entre aquellos usuarios que tenían tumores cerebrales, algunos de los tumores tendieron a crecer más rápidamente, sugiriendo que las frecuencias usadas por los teléfonos celulares digitales pueden fomentar el crecimiento del tumor, pero no necesariamente causar que se desarrollen tumores.

Aunque la investigación ha sido ampliamente tranquilizante hasta ahora, algunos científicos aún no están listos para descartar la posibilidad de que el uso de teléfono celular (especialmente durante periodos prolongados de tiempo) podría influenciar el riesgo de tumores cerebrales. Esto es porque el método más confiable de descubrir una conexión real entre el uso de teléfono celular y los tumores cerebrales sería seguir un grupo de voluntarios saludables que usen teléfonos celulares en diferentes índices durante un periodo prolongado de tiempo. Si los tumores cerebrales ocurrieran con más frecuencia en usuarios frecuentes en comparación con usuarios no frecuentes, sería probable una relación. El problema con este enfoque es que los tumores cerebrales son casos extremadamente raros, así que la investigación requeriría seguir a muchos sujetos durante muchos años para obtener resultados significativos. Los teléfonos celulares no han estado ni siquiera lo suficiente como para hacer probable dicho estudio.

Conclusión

A pesar de numerosos estudios, no hay evidencia convincente de que el uso de teléfonos celulares cause tumores cerebrales. Sin embargo, algunos estudios sugieren que el uso de teléfono celular puede incrementar el índice de crecimiento del tumor en pacientes con ciertos tipos de tumores cerebrales que ya existían. Además, algunos de los primeros estudios de grandes grupos de usuarios de teléfono celular encontraron que los celulares análogos pueden haber incrementado ligeramente el riesgo de desarrollar tumores cerebrales.

Aunque hoy en día pocas personas usan tecnología de telefonía celular análoga, y los teléfonos celulares parecen ser seguros para la extensa mayoría de usuarios, no hay manera de saber las consecuencias de salud a largo plazo del uso frecuente de teléfono celular. Sin embargo, enfrentémoslo. Este pequeño riesgo persistente es muy poco propenso a inhibir a la mayoría de los miembros de una sociedad que se ha obsesionado con su capacidad de comunicarse con todos, todo el tiempo.