mythbuster graphic Según the American Heritage Dictionary of the English Language, la frase "lamerse las heridas" significa "recuperarse después de una derrota." Se presume que esta noción se originó al observar a animales lamiendo sus heridas después de sobrevivir a un ataque de un depredador.

Por supuesto, nosotros los humanos modernos no necesitamos recurrir a dichas prácticas instintivas debido a nuestro acceso a antibióticos y vendajes estériles. Pero, ¿existe alguna evidencia científica para sugerir que lamerse las heridas en realidad pueda fomentar la curación, tanto en animales como en humanos?

Evidencia para la Aseveración de Salud

El Dr. Nigel Benjamin, un farmacólogo clínico con el St. Bartholomew's Hospital y the London School of Medicine and Dentistry, afirma que lamer las heridas es tan benéfico para los humanos como lo es para los animales. Su investigación mostró que cuando la saliva humana entra en contacto con la piel, el nitrito (un componente natural de la saliva) se descompone en óxido nítrico, un compuesto químico que es efectivo para proteger a las cortadas y arañazos de bacterias no deseadas. Benjamin también sugirió que el óxido nítrico se podría usar como un medicamento para bloquear la infección en el tratamiento de heridas, así como otras condiciones cutáneas. Otra investigación ha mostrado que además del óxido nítrico, la saliva humana contiene otros agentes antibacteriales naturales; es decir, lactoferrina y lactoperoxidasa. Junto con el óxido nítrico, estos antibióticos naturales podrían bloquear el desarrollo de una infección, la cual no sólo es una seria amenaza a la curación adecuada de heridas, sino que también puede poner en riesgo la vida del animal (y del humano) lesionado.

Evidencia Contra la Aseveración de Salud

A pesar de los agentes antibacteriales encontrados en la saliva, muchos científicos advierten en contra de lamerse las heridas, argumentando que dicha práctica no es segura ni fomenta la salud. La saliva humana contiene una extensa variedad de bacterias que por lo general son inofensivas en la boca pero pueden causar infección significativa si se introducen más profundo dentro de una herida abierta. Se sabe bien que la mordida de un humano con frecuencia puede ser más grave que la mordida de un animal (asumiendo que el animal no tenga rabia).

Un artículo publicado en la edición de abril de 2002 de New England Journal of Medicine describe el caso de médicos en Alemania que se vieron forzados a amputar el dedo pulgar de un hombre diabético que se había lamido una herida pequeña causada después de caerse de su bicicleta. El dedo pulgar tuvo que amputarse después que la herida se infectó con bacterias que comen carne. El hombre había sido víctima de una rara enfermedad conocida como fascitis necrosante, la cual puede destruir tejido tan pronto como en 12-24 horas. Las pruebas de laboratorio del tejido infectado mostraron la presencia de dos tipos de bacterias: Eikenella corrodens , que se encuentra comúnmente dentro de la boca, y Streptococcus anginosus , que con frecuencia se encuentra sobre la piel y en la garganta. Aunque este tipo de infección es extremadamente rara, y en este caso, probablemente empeoró por la diabetes de la víctima, aplicar saliva humana a una herida abierta seguramente tiene el potencial de introducir numerosas bacterias indeseables.

Conclusión

Una vez que se detenga el sangrado, se deberían realizar todos los esfuerzos para prevenir que se infecte una herida. Los animales en su hábitat natural no tienen otro recurso más que lamer sus heridas, presumiblemente contando con las propiedades antibacteriales naturales de su saliva para fomentar la curación. Por otra parte, los humanos domesticados (y sus mascotas por esa razón), tienen una alternativa; agua y jabón.

Aunque hay poco daño al lamer una cortada por una hoja para aliviar el escozor y retirar la sangre, las infecciones de heridas pueden ser un riesgo serio en cortadas más profundas. Debido a la disponibilidad de medidas preventivas altamente efectivas, el mejor uso de su boca sería pedir ayuda.