El cáncer es la segunda causa principal de muerte en los Estados Unidos. Aunque las técnicas de diagnóstico y tratamiento de cáncer han mejorado constantemente, permanecen inadecuadas; y por esta razón, los científicos continúan investigando posibles métodos de ]]>prevención de cáncer]]> .

Numerosos suplementos y extractos herbales han mostrado ser prometedores para ayudar a reducir el riesgo de cáncer. Sin embargo, la evidencia todavía no es fuerte para alguno de estos posibles agentes "quimiopreventivos". El principal obstáculo es uno genérico. Independientemente del tratamiento, ya sea un tratamiento natural o hecho por el hombre, es difícil determinar si un tratamiento propuesto para prevenir el cáncer funciona realmente.

Sólo ]]>estudios doble ciego, controlados con placebo]]> pueden probar que un tratamiento es efectivo; tales estudios siempre son costosos y un tanto difíciles de realizar, pero en el caso de la prevención de cáncer son extraordinariamente costosos y extremadamente difíciles. La principal razón es que las primeras etapas del cáncer se desarrollan lentamente, con frecuencia en un periodo de décadas. Esto necesita mantener un estudio durante muchos años. Esto multiplica los costos, y si demasiadas personas desertan por agotamiento, los resultados del estudio pueden volverse inválidos. Otro problema involucra la estadística. El cáncer es relativamente poco común: En el transcurso de un periodo determinado de unos años, la probabilidad de que una persona sana desarrolle cáncer permanece relativamente pequeña. Cuando un estudio está examinando eventos relativamente poco comunes, debe inscribir un alto número de personas para producir resultados matemáticamente significativos. Esta combinación de largo plazo, y extensión se traduce en "costoso y difícil."

De hecho, algunos de los estudios doble ciego más grandes y más costosos en la historia fueron los realizados para examinar la eficacia de la ]]>vitamina E]]> y/o ]]>betacaroteno]]> para prevenir el cáncer. Los resultados de estos estudios fueron inesperadamente negativos: los suplementos no redujeron e incluso podrían haber incrementado el riesgo de cáncer. Estos resultados han tenido un efecto escalofriante para los gobiernos y fundaciones que financian tales estudios.

No obstante, los productos naturales continúan por investigarse como posibles agentes "quimioprotectores". Mucha de la evidencia que hay en los medios involucra estudios realizados en un tubo de ensayo. Los "estudios observacionales" constituyen otro tipo de evidencia ampliamente reportada. En tales estudios, se observa un alto número de personas durante un periodo prolongado de tiempo, y los investigadores tratan de encontrar correlaciones entre (por ejemplo) lo que comen las personas y las enfermedades que desarrollan. Desafortunadamente, tanto los estudios de probeta como los estudios observacionales son altamente poco confiables; fueron estudios de estos tipos los que llevaron a los estudios gigantescos y finalmente negativos de la vitamina E y el betacaroteno. Sólo estudios doble ciego pueden probar realmente que un tratamiento es efectivo, y éstos permanecen siendo relativamente pocos en el campo de la prevención de cáncer.

El calcio es uno de los suplementos que sigue bajo estudio como tratamiento preventivo de cáncer. Numerosos estudios observacionales y algunos estudios doble ciego han encontrado evidencia de que la complementación de calcio puede reducir el riesgo de cáncer de colon. Sin embargo, no todos los estudios doble ciego han probado ser positivos, y el problema permanece en duda.

Nuevos resultados sí apoyan la posibilidad de que los suplementos de calcio tienen un efecto anticancerígeno, al menos en mujeres. Esta evidencia proviene de un estudio diseñado principalmente para probar la efectividad del calcio y la vitamina D para prevenir la osteoporosis en mujeres postmenopáusicas. Los investigadores que realizaron este estudio también examinaron la incidencia de cáncer. Los resultados fueron alentadores. En este estudio de cuatro años de duración en 1179 mujeres, el uso de calcio, especialmente cuando se combinó con vitamina D, redujo significativamente el riesgo de cáncer en general.

Sin embargo, tenga en cuenta que este estudio sólo involucró mujeres. Existen algunas preocupaciones de que los suplementos de calcio podrían incrementar el riesgo de cáncer de próstata (en mujeres).

Para obtener más información, incluyendo dosis y temas de seguridad, vea los artículos completos sobre ]]>calcio]]> , ]]>vitamina D]]> , y ]]>prevención de cáncer]]> .