La rosácea comienza con enrojecimiento facial ocasional y tiende a empeorar con el tiempo. Si no se trata, la rosácea puede avanzar a enrojecimiento más permanente, con vasos sanguíneos, granos, y algunas veces inflamación nasal. Además, aproximadamente la mitad de todos los pacientes con rosácea tienen complicaciones que involucran sus ojos. Usted debería acudir a su profesional de la salud si tiene alguno de los síntomas de rosácea para recibir el diagnóstico y cuidado adecuados.

Su profesional en el cuidado de la salud le preguntará acerca de sus síntomas e historial médico. Se le realizará un examen físico, incluyendo un examen de su piel. En algunas situaciones, usted podría ser canalizado con un médico que se especialice en problemas cutáneos (un dermatólogo).

No trate de diagnosticar o tratarse usted mismo debido a que algunos medicamentos de venta libre pueden empeorar la rosácea.