John H., un contador con sobrepeso de 55 años de edad, despertó una mañana, hace no mucho tiempo, con dolores terribles en la parte superior del abdomen y en su hombro derecho. Seguro de que iba a tener un ataque al corazón, se apresuró a la sala de emergencia, pero, afortunadamente...el problema de John era mucho menos dramático y mucho menos crítico. ¿Los culpables? Los cálculos biliares.
Aunque se estima que más de 20 millones de estadounidenses tienen cálculos biliares, relativamente pocos lo saben. Normalmente inactivos por años, pueden ser extremadamente dolorosos e incluso peligrosos, si se vuelven sintomáticos.
Para entender los cálculos biliares, es de ayuda una lección de anatomía. La vesícula biliar es un órgano pequeño, en forma de pera que es parte del sistema digestivo. Se localiza al lado derecho del abdomen, debajo del hígado, la vesícula biliar almacena y segrega bilis (producida en el hígado) dentro de su intestino delgado, cuando la comida llega allí desde su estómago. La bilis, un líquido color café amarillento, ayuda a digerir la grasa de los alimentos.
Los cálculos biliares se forman cuando las sustancias de la bilis se cristalizan o endurecen. Hay dos tipos de cálculos biliares:
Los cálculos biliares pueden ser tan pequeños como un grano de arena o tan grandes como una pelota de golf (aunque cálculos más pequeños son mucho más comunes.) Algunas personas desarrollan sólo uno o muy pocos cálculos biliares, mientras que otras pueden desarrollar cientos de cálculos más pequeños.
Aunque los científicos aún no entienden exactamente cómo ocurren los cálculos biliares, se sabe que numerosos factores contribuyen a su formación:
Como se mencionó, las personas que desarrollan cálculos biliares, generalmente no presentan ningún síntoma durante años y es posible que nunca lo hagan. Sin embargo, si presenta un ataque de cálculos biliares, los síntomas pueden ser graves y a veces peligrosos. Normalmente, se presentan como dolor severo en la parte superior del abdomen, parte superior de la espalda entre los omóplatos u hombro derecho, los ataques de cálculos biliares pueden durar de 20 minutos hasta unas horas y a menudo, están acompañados de náusea y vómito. Una vez que ocurren, los ataques pueden recurrir frecuentemente (con semanas o meses de diferencia) o de manera poco frecuente (con un año o más de diferencia). Si presenta un ataque de cálculos biliares, es propenso a tener otro en algún momento.
Aunque son muy dolorosos, los ataques de cálculos biliares usualmente no son mortales mientras permanezcan en la vesícula biliar. Sin embargo, si los cálculos biliares salen de ésta, se pueden desarrollar graves problemas:
Si se desarrollan estas complicaciones y no se tratan, pueden ser fatales.
Dado que los cálculos biliares rara vez se tratan, los médicos casi nunca hacen pruebas para estos cálculos. Sin embargo, cuando se presentan los síntomas y se sospecha de cálculos biliares, por lo general se practica un ultrasonido. Estos dispositivos envían ondas sonoras dentro del abdomen y si están presentes los cálculos biliares, las ondas rebotarán, mostrando la ubicación de los cálculos y creando una imagen de ellos.
Una vez que los cálculos biliares se vuelven sintomáticos y se diagnostican, se pueden tratar de numerosas maneras.
En la actualidad, el tratamiento más común para los cálculos biliares es la cirugía colecistectomía para retirar la vesícula biliar. Hasta hace poco, se practicaba a cirugía abierta ; se hacía una incisión grande dentro del abdomen para retirar la vesícula biliar. Hoy en día, la mayoría de las colecistectomías se practican vía cirugía laparoscópica . Se hacen pequeñas incisiones en el abdomen y se pasan una cámara pequeña y herramientas quirúrgicas a través de estas incisiones. Observando un monitor de TV, el cirujano retira la vesícula biliar y sutura las incisiones internas y externas.
Como la cirugía abierta, una colecistectomía laparoscópica se realiza bajo anestesia general. Sin embargo, a diferencia de la cirugía abierta, el método laparoscópico requiere sólo de pequeñas incisiones, sin cortar los músculos abdominales. Como resultado, el método laparoscópico provoca mucho menos dolor postoperatorio que la cirugía abierta, así como menos tiempo de hospitalización (pasar una noche, comparada con varios días) y menos tiempo de recuperación (pocos días, comparados con una semana por lo menos).
Existen situaciones en las que una colecistectomía abierta se prefiere sobre el método laparoscópico. La Dr. Elizabeth Pomfret, quien se especializa en cirugía hepatobiliar y trasplante en Boston's Beth Israel Deaconess Medical Center, explica: "Las colecistectomías se prefieren cuando el paciente ha tenido numerosas cirugías abiertas previas, cuando el paciente tiene una vesícula biliar gangrenosa (cuando el abastecimiento de sangre a la vesícula biliar se ha interrumpido), cuando un paciente tiene cirrosis o para los pacientes en los que no está clara la anatomía del conducto biliar."
Aunque se usan mucho menos comúnmente, no hay métodos no quirúrgicos disponibles para tratar los cálculos biliares. Sólo se usan para los cálculos biliares de colesterol.
En terapia de disolución oral se le pedirá que ingiera medicamentos hechos de ácidos de bilis para disolver los cálculos biliares. Generalmente, tardan de unos meses a unos años, normalmente, esta terapia sólo se prescribe para los pacientes con cálculos biliares muy pequeños del tipo de colesterol, dado que los pacientes con cálculos biliares muy grandes a menudo padecen la recurrencia de los síntomas, después de esta terapia.
Terapia de disolución de contacto involucra la introducción y extirpación de un agente disolventes de cálculos biliares dentro de la vesícula, a través de un catéter que se adapta a una bomba. Dura unas horas o días, este tipo de tratamiento para los cálculos biliares es generalmente experimental y se limita para los pacientes para los que cualquier tipo de cirugía posee un alto riesgo.
Terapia de onda de choque , la cual es relativamente nueva, destruye los cálculos biliares al administrar una onda de choque a través del abdomen, dentro de la vesícula biliar. Como el tratamiento de disolución oral, el tratamiento de onda de choque se limita para los pacientes con pocos y pequeños cálculos biliares, puesto que los pacientes con cálculos múltiples y/o grandes, a menudo experimentan la recurrencia de los síntomas después del tratamiento.
En la ausencia de los síntomas, por lo general hay poco propósito en que a una persona promedio se le hagan pruebas para cálculos biliares, puesto que normalmente no son tratados, a menos que se vuelvan sintomáticos. Sin embargo, si presenta el tipo de dolor común a los cálculos biliares que se mencionó anteriormente, entonces se debe hacer pruebas. Además, si muestra evidencia de ictericia o cualquier molestia en el páncreas, debe buscar atención médica inmediata, la cual debe incluir una revisión de cálculos biliares.
¿Es propenso a tener cálculos biliares? Cualquier persona los puede desarrollar. Sin embargo, las más susceptibles son:
¿Puede vivir sin vesícula biliar? Absolutamente. Como explica el Dr. Pomfret, la vesícula biliar funciona simplemente como un área de almacenamiento de la bilis, filtrando la bilis al intestino delgado cuando comemos, para ayudar a digerir la comida. Sin la vesícula biliar, la bilis drena directamente al intestino delgado desde el hígado en un rango fijo a lo largo del día. De hecho, el Dr. Pomfret señala, "Realmente, no necesitamos la vesícula biliar para nada". Pero hay dos efectos secundarios que se pueden incluir al no tener vesícula biliar, incremento en el caso de diarrea y niveles altos de colesterol en la sangre.
FUENTES ADICIONALES DE INFORMACION:
Dieting and Gallstones. National Digestive Disease Information Clearinghouse.
http://www.niddk.nih.gov/health/nutrit/pubs/ dietgall.htm
Gallstones. National Digestive Diseases Information Clearinghouse
http://www.niddk.nih.gov/health/digest/pubs/ gallstns/gallstns.htm
Gallstones and Laparoscopic Cholecystectomy. National Institutes of Health (NIH).
http://www.nih.gov/
Último revisado Noviembre 2004 por Judith Logan, MD, MS
Se provee esta información como complemento a la atención proporcionada por su medico. Dicha información no tiene el propósito o la presunción de substituir el consejo medico profesional. Procure siempre el consejo de su medico o de otro profesional de la salud competente antes de iniciar cualquier tratamiento nuevo o para aclarar cualquier duda que usted pueda tener con relación a un problema de salud.
Registro de propiedad literaria © EBSCO Publishing. Todos los derechos reservados.