La popularidad de los programas de televisión que dramatizan situaciones de emergencia y celebran a héroes de la vida real no es por accidente. Estos programas encuentran una audiencia receptiva en los espectadores debido a que representan a personas ordinarias realizando actos de valor bajo presión extraordinaria.

Muchos de los héroes presentados en los programas son niños, lo cual hace surgir estas dos preguntas:

  • Si se enfrenta con una emergencia, ¿su hijo sabría qué hacer?
  • ¿Su hijo ha recibido las herramientas que necesita para confrontar una emergencia tranquilamente y con confianza?

Es verdad que la mayoría de los niños en edad escolar aprenden acerca de los servicios de emergencia. Los niños que viven en áreas en los que el servicio esté disponible por lo general aprenden sobre el 9-1-1 antes de aprender sus propios números telefónicos. Las clases en la escuela primaria con frecuencia visitan estaciones locales de bomberos para aprender sobre prevención de incendios y consejos de seguridad. Están disponibles muchos recursos y guías de programas de estudio para escuelas y agencias locales.

Pero los niños aprenden mejor cuando sus clases son reforzadas en el hogar. Hay varias medidas que los padres pueden tomar para enseñar a sus hijos las acciones adecuadas que deben tomar en una situación de emergencia.

Haga la Llamada Correcta

El paramédico y bombero de Pennsylvania Tom Johnson visita escuelas para presentar "Haga la Llamada Correcta," un programa diseñado por the US Fire Administration, the National Highway Traffic Safety Administration, y the Maternal and Child Health Bureau.

El programa combina videos, folletos, y representaciones para enseñar a los niños que los profesionales de servicios médicos de emergencia son personas amigables que pueden ayudar. Los niños aprenden cómo opera el sistema médico de emergencia, cómo usarlo, problemas con el mal uso del sistema, y cómo identificar una emergencia.

Jonhnson enseña a los niños a llamar al 9-1-1 o al número de emergencia en su área si creen que la vida de alguien está en peligro. Incluso si se sienten inseguros, deberían llamar, enfatiza Johnson. El temor a meterse en problemas por usar el sistema en una situación que no sea de emergencia puede hacer que un niño sea renuente a pedir ayuda. "Los niños necesitan saber que no se meterán en problemas por llamar - que el adulto resolverá las cosas más tarde."

Por el contrario, Johnson enseña los peligros de hacer bromas por teléfono a los proveedores de servicios de emergencia. Él advierte a los niños que marcar 9-1-1 frívolamente puede distraer al personal de emergencia de las personas que realmente necesitan servicios de emergencia. Él les dice a los jóvenes que si llaman a un servicio de emergencia por error, deberían permanecer en la línea para decirle a la operadora que la llamada fue un error.

Tan pronto como sean lo suficientemente mayores, los niños deberían aprender a usar el teléfono y deberían memorizar el número de emergencia de su localidad. Establecer situaciones fingidas reforzará esta información.

"La práctica hace la perfección," indica Johnson, especialmente en una emergencia real. Representar llamadas al 9-1-1 con sus hijos los hará familiarizarse con los procedimientos seguidos por personal médico de emergencia. Los niños deberían practicar responder a las preguntas que haría una operadora en una emergencia real.

"Sólo los Hechos": Qué Decir a una Operadora

A las personas que llaman por lo general se les pregunta su nombre, dirección, el nombre de la calle transversal más cercana, y su número telefónico.

No confíe en el hecho de que el número del cual marca aparecerá automáticamente en la pantalla de la operadora. A menos que el área tenga 9-1-1 mejorado, esto no sucede. Las llamadas realizadas desde teléfonos celulares tampoco podrían mostrar la ubicación de la persona que llama. Anote su número celular en una libreta y coloque la libreta en la guantera. Enseñe a su hijo a proporcionar ese número únicamente al personal de emergencia médica.

A la persona que llama se le hacen preguntas sobre la condición de la víctima. El niño nunca debería adivinar una respuesta, y debería pedir a la operadora que explique cualquier pregunta que no entienda. El joven debería seguir las instrucciones del operador de emergencia, y nunca debería tocar, mover, o cubrir a una víctima, a menos que sea absolutamente necesario retirar a la víctima del peligro.

Si alguien aparte de la víctima está con el niño, al niño se le podría pedir que vaya al frente del lugar del accidente para hacer señales al personal de emergencia. Los niños deben aprender a no salir a la calle donde se interpongan con el personal de emergencia.

Los jóvenes que llaman aprenderán a no colgar el teléfono hasta que la operadora de emergencias les diga que lo hagan. Ellos deben permanecer lo más tranquilos posible, y no deberían gritar por teléfono. Los chicos deberían saber el número telefónico para que un adulto responsable pueda ser contactado en caso de una emergencia, y deberían llamar a ese adulto después de contactar al personal de emergencia.

Los niños con condiciones médicas tales como diabetes o alergias alimenticias severas deberían saber sobre sus condiciones y poder nombrar cualquier medicamento que tomen.

Si un niño siente que tiene la culpa de un accidente, su instinto natural podría ser escapar. Johnson enseña a sus estudiantes la importancia de quedarse a ayudar. "Si cometieron un error," él les recuerda, "ayudar es la mejor manera para mejorar las cosas."

Steve Giancristoforo trabaja para the Delaware County (Pennsylvania) Communications Center, el cual recibe 1250 llamadas al día. Él dice que es importante enseñar a los niños que las llamadas de emergencia no cuestan nada desde teléfonos públicos. Los niños que están perdidos o los están siguiendo, o que se encuentran en una situación que "los espante" o que "no se sienta bien," pueden llamar para pedir ayuda, aunque no tengan dinero.

"Nosotros una vez recibimos una llamada de un niño de 5 años de edad desde un teléfono de un auto" dice Giancristoforo. "Él y su madre habían tenido un accidente automovilístico y su madre estaba en condición crítica. Él pudo decirnos dónde estaban, y su llamada salvó la vida de su mamá."

"Enseñe a su hijo que la ayuda está sólo a una llamada de distancia," él añade, "y que hay un amigo del otro lado."

Prepare a su Niñera y Proveedor de Cuidado en Guardería

Los padres deben asegurarse que las niñeras y proveedores de cuidado en guarderías tengan toda la información necesaria para manejar exitosamente cualquier emergencia. Los números de emergencia deberían programarse en todos los teléfonos programables. Sin embargo, debido a que los apagones eléctricos con frecuencia borran los contenidos de los teléfonos programables, los números también deberían estar anotados justo al lado de todos los teléfonos de la casa.

Las niñeras deberían saber la dirección de la casa en la cual están cuidando a los niños y poder identificar la intersección más cercana. Ellas deberían recibir un teléfono (línea fija y/o celular) o número de localizador en el que puedan tener contacto con los padres o en una emergencia. Las niñeras también deberían saber cómo contactar al personal de emergencia, y poder relatar la edad del niño, la naturaleza de la emergencia, la condición y ubicación del niño, y cuándo y qué comió el niño por última vez. Ellas también deberían estar informadas sobre cualquier problema médico que tenga su hijo.

Los proveedores de cuidado en guarderías deberían tener una lista de las alergias de su hijo, el nombre de su pediatra, los números telefónicos de su casa, trabajo, celular, y localizador, y un número adicional de un adulto para contactarlo. Los proveedores de cuidado en guarderías también deberían tener una lista (de preferencia con fotografías) de cualquier persona autorizada para recoger o llevarse a su hijo de las instalaciones de la guardería.

Los accidentes y las emergencias médicas suceden. Asegúrese de que su hijo (o la persona que lo cuida) tenga las habilidades necesarias para manejar situaciones de emergencia. Tome medidas hoy para evitar una tragedia mañana.