Cuando toma asiento para que la hagan un manicure, usted probablemente está más preocupada acerca de cuál tono de esmalte escoger que de contagiarse de una enfermedad potencialmente mortal.
Allá en 1965, un investigador médico consiguió rastrear a varios pacientes de hepatitis B hasta llegar al barbero que sin querer los contagió de la enfermedad al afeitar a todos los pacientes con la misma navaja. El barbero había usado un desinfectante, pero no fue lo suficientemente fuerte como para eliminar todos los gérmenes.
En esos días, muchas de las serias enfermedades sanguíneas de las que estamos plagados en estos días - como el VIH/SIDA, la hepatitis B y C - eran menos prevalentes. Los investigadores médicos dicen que casi cuatro millones de estadounidenses en la actualidad tienen hepatitis B. Pero el 10% de dichos casos tiene una causa desconocida. Los investigadores de los casos de la hepatitis C dicen que el 30% de los pacientes no compartieron agujas con otros drogadictos - el principal medio de transmisión.
Los investigadores médicos ahora se preguntan: ¿los cosmetólogos y barberos mal capacitados y que usan instrumentos sucios podrían estar propagando enfermedades sin darse cuenta?
La dermatóloga de Texas, Shelly A. Sekula, M.D., ha revisado de cerca las prácticas sanitarias de la cosmetología y de la industria de la barberia y tristemente descubrió falta de buenas condiciones.
"Los salones de uñas y de belleza pueden ser una fuente de enfermedades sanguínea así como también otros padecimientos del tipo infecciosos," dice la Dra. Sekula quien ejerce en Houston, Texas y encabeza la Legislation Committee for the Texas Dermatological Society. "Existe muy buena evidencia de que las navajas, los corta uñas, las tijeras del barbero, las agujas para tatuajes y los instrumentos para las perforaciones corporales son factores de riesgo para transmitir la hepatitis B y C."
El interés de la Dra. Sekula en esta área empezó cuando ella vio a una paciente con una infección contagiosa de hongos en sus dedos de los pies y en los pies. Cuando se le cuestionó, la paciente hizo énfasis en que sólo había notado "un pequeño corte" después del pedicure. "Y las banderas rojas de alerta se izaron," dice la Dra. Sekula.
"Si fuera al salón para hacerme las uñas, pediría ver la fotocopia de la licencia del operador. También preguntaría acerca de los procedimientos de esterilización y no permitiría que se usara un taladro eléctrico en mis uñas. Los taladros eléctricos giran tan rápido, que fácilmente pueden penetrar la uña y cortarla." Y puede haber cortado a otra persona antes que a usted. Así que si se va a poner uñas de acrílico y va a optar por un taladro de uñas, usted puede comprar y llevar sus propias brocas, diseñadas sólo para reducir el riesgo de infecciones de las uñas por usar instrumentos de uso múltiple de la comunidad.
Agrega Phoebe Rich, M.D., presidente del Council for Nail Disorders en Schaumburg, Illinois: "Hay mucho potencial para propagar la infección si los instrumentos del salón no se cuidan adecuadamente."
Para ayudarla a decidir si el salón proporciona servicios sanitarios para la uñas, los expertos de la Food and Drug Administration (FDA) de los Estados Unidos le sugieren considerar lo siguiente:
Una clienta en el salón puede tener una lesión en las cutículas, un corte en el pliegue de sus uñas, o puede haber sangrado cuando le removieron, de manera muy profunda, los callos. Un estilista puede rasguñar por accidente a su clienta. Los clientes pueden tener un área abierta o rasguños en el cuero cabelludo. Las costras, la caspa y los piojos pueden adherirse a los peines y cepillos y fácilmente transmitir una infección o infestar al siguiente cliente desprevenido.
En 1989, se oyó un aviso que decía que las tijeras de un barbero y las navajas contaminadas con sangre podían contagiar el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Un investigador médico descubrió que la hepatitis C podía ser transmitida vía las navajas fijas comúnmente usadas en las barberías para rasurar el cuello y las patillas. El investigador sumergió las navajas de cinco diferentes barberos dentro de las cinco soluciones esterilizadas más comúnmente usadas. ¿Los resultados? Ninguna de las cinco soluciones destruyó a la hepatitis C, aunque algunas navajas estuvieron sumergidas por 6 horas, 24 horas, e incluso por siete días.
"Otras investigaciones muestran que la hepatitis B puede sobrevivir fuera del cuerpo por siete días o más en las sillas, los reposacabezas, los sillones de trabajo, los instrumentos y las herramientas," dice la Dra. Sekula. "La hepatitis B es cien veces más contagiosa que el virus del VIH."
De a cuerdo con los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) en Atlanta, Georgia, la hepatitis B es hoy en día la causa líder de trasplantes de hígado y la segunda causa de la cirrosis (después del alcohol) en los Estados Unidos. Cerca de 10,000 estadounidenses contraerán la hepatitis B este año y se espera que este número se triplique durante las próximas dos décadas. Actualmente, el CDC dice que la hepatitis B le cuesta a los Estados Unidos $700 millones de dólares al año en pérdidas de empleo y costos de seguros médicos.
Las cortadas, los cortes pequeños y los rasguños en los salones de belleza o en una barbería pueden causar otros padecimientos, menos mortales, tanto para la clientela como para los operadores del salón, incluyendo verrugas, infecciones por hongos y bacterias, y reacciones a varios productos y humos.
"Los riesgos serían virtualmente eliminados si los operadores utilizaran instrumentos desechables, usaran guantes de hule, se lavaran las manos adecuadamente y utilizaran las técnicas apropiadas de esterilización," dice la Dra. Sekula. A ella también le gustaría ver a los médicos haciendo citas con las juntas gubernamentales de cada estado para que la industria de la belleza pudiera tener la más reciente información sobre la salud.
FUENTES ADICIONALES DE INFORMACIÓN:
Finger nails: Looking good while playing it safe. US Food and Drug Administration. Disponible en:
http://www.fda.gov/fdac/features/095_nail.html
Gitlin, N, Nohe, FS, and Weiss, M. Hepatitis C: Risk of a haircut. Annals of Internal Medicine . 1997;126(5).
Hair and nail salons linked to infectious diseases. American Academy of Dermatology. Disponible en: http://www.aad.org/PressReleases/salons.html
Wagner, R.F. Risks of infection to dermatologists, cosmetic workers, and the public. International Journal of Dermatology . 1990;29:253-257.
Último revisado Noviembre 2003 por Elizabeth Smoots, MD
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