Conforme aumentan las tasas de obesidad entre los niños y adolescentes, los investigadores en la University of North Carolina (UNC) están investigando cómo los cambios en las clases de educación física pueden combatir el problema. Su investigación, publicada en la edición de agosto del Journal of Adolescent Health , sugiere que el incrementar el componente de ejercicio aeróbico y enseñar a los niños sobre los hábitos alimenticios y de ejercicio saludables podrían ayudar.
Los investigadores de UNC estudiaron a 1140 jóvenes entre las edades de 11 y 14 años en cinco escuelas secundarias rurales en North Carolina. Todos los estudiantes que participaron en el estudio estaban con buena salud sin enfermedades crónicas ni limitaciones de ejercicios.
Los estudiantes participantes en cada escuela fueron asignados a una de las siguientes intervenciones de estudio:
Al inicio del estudio y de nuevo al final del programa de 8 semanas, los asistentes de la investigación midieron la estatura, peso, grasa corporal y presión arterial de los estudiantes. Los investigadores compararon los cambios en la grasa corporal y el índice de masa corporal (razón del peso entre el cuadrado de la estatura) entre los cuatro grupos.
El grupo de control ganó más grasa corporal que ningún otro grupo y el grupo de ejercicio y educación ganó la mínima cantidad de grasa corporal. Los grupos de sólo educación y de sólo ejercicio ganaron menos grasa corporal que el grupo de control más que el grupo de ejercicio y educación. Además, las reducciones en la presión arterial fueron mayores en el grupo de sólo ejercicio, sugiriendo que el ejercicio solo fue responsable de los cambios de presión arterial.
En general, el ejercicio incrementado y la educación de salud llevó a reducir la grasa corporal y a reducir la presión arterial.
Aunque estos resultados son interesantes y no sorprendentes, este estudio tiene sus limitaciones. ya que el programa de ejercicio y de educación sólo duraron 8 semanas, no está claro cómo afectarían a la grasa corporal y a la presión arterial a largo plazo. Además, todos los estudiantes de una escuela dada fueron asignados a la misma intervención, así que la asignación del grupo no fue enteramente aleatoria. Los resultados serían más convincentes si los estudiantes de cada escuela fueran asignados aleatoriamente a cada una de las cuatro intervenciones. Finalmente, los investigadores no midieron el ejercicio que los estudiantes estaban haciendo fuera del programa de la clase de gimnasia, ni ningún cambio en la dieta - dos factores probables de afectar el resultado del estudio.
Este estudio sugiere que el incrementar la cantidad de actividad aeróbica en las clases de gimnasia y enseñar a los niños sobre la buena nutrición y los hábitos de ejercicio podrían tomar un "mordisco" del problema de obesidad infantil. De acuerdo a los autores del estudio, en algunas escuelas secundarias una clase de educación física de 40 minutos involucra sólo de 6 a 10 minutos de ejercicio aeróbico para los estudiantes, así que el programa de 30 minutos se traduce en un incremento mayor de ejercicio.
Mantenga en mente, los niños y adolescentes están creciendo, así que incluso entre los niños de peso saludable el aumento de peso es normal. Por ello es que esta investigación se enfocó en los cambios de grasa corporal más que en los cambios de peso; de hecho, el aumento de peso no difirió significativamente a través de los grupos. Y no lo olvide, enseñar a los niños buenos hábitos de nutrición también pareció ayudar (¡Al menos por ocho semanas!).
Fuentes:
McMurray RG, et al. A school-based intervention can reduce body fat and blood pressure in young adolescents. Journal of Adolescent Health. August 2002; 31: 125-132.
Último revisado Agosto 7, 2002
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