La mayoría de los médicos sugieren que los tratamientos para la impotencia procedan junto con una trayectoria que vaya de menos invasiva a más invasiva. Esto significa que se considera en primer lugar la disminución de cualquier tipo de medicamento. La psicoterapia y las modificaciones del comportamiento son las siguientes en considerarse, seguidas de dispositivos de vacío, medicamentos orales, medicamentos inyectados de manera local y dispositivos implantados quirúrgicamente (y, en casos raros, cirugía que involucra venas o arterias).
Con frecuencia los expertos tratan a la impotencia de origen psicológico usando técnicas que disminuyen la ansiedad asociada con las relaciones sexuales. La pareja del paciente puede ayudar a aplicar las técnicas, las cuales incluyen el desarrollo gradual de la intimidad y la estimulación. Dichas técnicas también pueden ayudar a aliviar la ansiedad cuando se trata la impotencia física.
Los medicamentos para tratar la impotencia pueden administrarse oralmente, inyectarse directamente en el pene o introducirse en la uretra por la punta del pene. En marzo de 1998, la Food and Drug Administration aprobó el citrato de sildenafil (comercializado como Viagra), la primera píldora oral para tratar la impotencia. Consumida una hora antes de las relaciones sexuales, el sildenafil funciona aumentando los efectos del óxido nítrico, un químico que relaja los músculos lisos en el pene durante la estimulación sexual, permitiendo el aumento de flujo sanguíneo. Aunque el sildenafil mejora la respuesta a la estimulación sexual, no desencadena una erección automática como lo hacen los medicamentos inyectados. La dosis recomendada es de 50 mg y el médico podría ajustar esta dosis a 100 mg o 25 mg, dependiendo de las necesidades del paciente. El medicamento no debe usarse más de una vez al día.
La testosterona oral puede reducir la impotencia en algunos hombres con niveles bajos de testosterona natural. Los pacientes también han afirmado eficacia de otros medicamentos orales -incluyendo clorhidrato de yombina, agonistas de la dopamina y la serotonina y trazodona -pero ningún estudio científico ha demostrado la eficacia de estos medicamentos para aliviar la impotencia. Algunas mejorías observadas después de su uso pueden ser ejemplos del efecto placebo, es decir, una modificación que simplemente da como resultado la creencia del paciente de que ocurrirá una mejoría.
Muchos hombres obtienen potencia al inyectarse medicamentos en el pene, causando que se llene de sangre. Medicamentos tales como el hidrocloruro de papaverina, la fentolamina y el alprostadil (comercializado como Caverject) ensanchan los vasos sanguíneos. Sin embargo, estos medicamentos pueden crear efectos secundarios indeseables, incluyendo erección persistente (conocida como priapismo) y cicatrización. Algunas veces la nitroglicerina, un relajante muscular, puede aumentar la erección cuando se frota sobre la superficie del pene.
Un sistema para introducir un píldora de alprostadil en la uretra se comercializa como MUSE. El sistema usa un aplicador previamente lleno para liberar la píldora aproximadamente a una pulgada de profundidad dentro de la uretra en la punta del pene. Iniciará una erección de 8 a 10 minutos y puede durar de 30 a 60 minutos. Los efectos secundarios más comunes de la preparación son dolor en el pene, los testículos y el área entre el pene y el recto; sensación de calor o de quemadura en la uretra; enrojecimiento del pene debido al aumento de flujo sanguíneo; y hemorragia o manchas uretrales menores.
La investigación sobre los medicamentos para tratar la impotencia se está expandiendo rápidamente. Los pacientes deben interrogar a sus médicos sobre los avances más recientes.
Los dispositivos mecánicos de vacío causan una erección al crear un vacío parcial alrededor del pene, lo cual atrae sangre al pene, agrandándolo y expandiéndolo. Los dispositivos tienen tres componentes:
Generalmente la cirugía tiene uno de tres objetivos:
Los dispositivos implantados, conocidos como prótesis, pueden restablecer la erección en muchos hombres con impotencia. Los posibles problemas con los implantes incluyen avería mecánica e infección. Los problemas mecánicos han disminuido en años recientes debido a los avances tecnológicos.
Los implantes maleables generalmente consisten en barras acopladas, las cuales se introducen quirúrgicamente en el cuerpo cavernoso, las cámaras gemelas que recorren la longitud del pene. El usuario ajusta manualmente la posición del pene y, por lo tanto, las barras. El ajuste no afecta lo ancho ni lo largo del pene.
Los implantes inflables consisten en cilindros acoplados, los cuales se introducen quirúrgicamente dentro del pene y pueden expanderse usando líquido presurizado (vea la figura 3). Los tubos conectan los cilindros con un depósito y una bomba de líquidos, los cuales también se introducen quirúrgicamente. El paciente infla los cilindros al presionar sobre la bomba pequeña, localizada bajo la piel en el escroto. Los implantes inflables pueden expandir la longitud y la anchura del pene un poco. También dejan al pene en un estado más natural cuando no se inflan.
La cirugía para reparar las arterias puede reducir la impotencia causada por obstrucciones que impiden el flujo de sangre al pene. Los mejores candidatos para dicha cirugía son hombres jóvenes con obstrucción diferenciada de una arteria debido a una lesión en el área de la ingle o a fractura de la pelvis. El procedimiento es menos exitoso en hombres maduros con obstrucción generalizada.
La cirugía de las venas para permitir que la sangre abandone al pene generalmente involucra un procedimiento opuesto -obstrucción intencional. La obstrucción de las venas (ligadura) puede reducir la fuga de sangre que disminuye la rigidez del pene durante la erección. Sin embargo, los expertos han formulado preguntas sobre la eficacia a largo plazo de este procedimiento.
Los avances en supositorios, medicamentos inyectables, implantes y dispositivos de vacío han expandido las opciones para los hombres que buscan tratamiento para la impotencia. Estos avances también han ayudado a aumentar el número de hombres que buscan tratamiento.
Una forma oral del medicamento fentolamina pronto puede unirse al sildenafil en el grupo de los tratamientos no invasivos para la impotencia. Otros tratamientos en etapas experimentales incluyen la cirugía de reconstrucción para venas y arterias dañadas en el pene. Ya sea que este método demuestre ser seguro y eficaz o no, las mejorías actuales en los métodos tradicionales deben continuar para crear un tratamiento más exitoso y generalizado para la impotencia.
Puntos a recordar: