Antes que nada, es importante entender algo de los conceptos básicos de la disfunción sexual. La disfunción sexual puede afectar tanto a hombres como a mujeres. También es extremadamente común. Algunos estudios han sugerido que aproximadamente el 50% de todos los hombres y mujeres experimentan algún grado de disfunción sexual en algún momento de sus vidas, y se vuelve cada vez más común a medida que envejecemos.
En los hombres, la disfunción sexual se refiere a los temas como una disminución del deseo, dificultad para obtener o mantener una erección, y una variedad de problemas con la eyaculación, que varían de la eyaculación precoz hasta la incapacidad para eyacular. De estas, la dificultad para obtener o mantener una erección (la disfunción eréctil ) tiende a ser la de mayor preocupación.
Existen tres medicamentos disponibles para tratar la disfunción eréctil; el sildenafil (Viagra), vardenafil (Levitra) y el tadalafil (Cialis) todos trabajan de una forma similar. Mejoran el funcionamiento de óxido nítrico, un químico que se presenta naturalmente y es el responsable de relajar los tejidos del músculo liso. Cuando los vasos sanguíneos del músculo liso del pene están más relajados, el torrente sanguíneo aumenta, permitiendo que un hombre alcance y mantenga una erección, Aunque una variedad de enfermedades pueden provocar la ED (lesiones de médula espinal, presión arterial alta y los medicamentos utilizados para tratar la presión arterial alta, diabetes, enfermedades del corazón y depresión ), el sildenafil, el vardenafil y el tadalafil han probado, todos ellos, ser útiles a pesar del problema subyacente.
Los hombres que han tenido un ataque al corazón , apoplejía o ritmo cardíaco anormal en los últimos seis meses no deben usar estos medicamentos. Incluso, los hombres que ya utilizan los medicamentos de nitrato (por ejemplo, para tratar la angina ) o bloqueadores alfa nunca deben usar ninguno de estos medicamentos. Los hombres con enfermedad hepática o renal grave; ciertos trastornos de los ojos; presión arterial no controlada, alta o significativamente baja; o a quienes les hayan aconsejado evitar la actividad sexual debido a una enfermedad cardíaca inestable tampoco deben tomar estos medicamentos.
En las mujeres, la disfunción sexual puede tomar la forma de una disminución del deseo sexual o la libido, dificultad para excitarse sexualmente, reducción del disfrute sexual, incapacidad para tener un orgasmo, contracciones musculares vaginales anormales (vaginismo), o verdadero dolor con el coito.
Actualmente no existe medicamentos aprobados específicamente para el tratamiento de la disfunción sexual femenina. La investigación está en curso en esta área, incluyendo la investigación del uso del sildenafil en las mujeres.
Sin embargo, la compañía Proctor and Gamble está en el proceso de obtener la aprobación de un parche de testosterona que será comercializado para el tratamiento de la libido baja en las mujeres posmenopáusicas. Los niveles bajos de testosterona han estado implicados desde hace mucho tiempo con una libido baja tanto en hombres como en mujeres. El parche transdérmico de testosterona de Proctor and Gamble se proyecta que sea comercializado bajo el nombre de "Intrinsa," se utiliza en la parte baja de abdomen. Este libera una dosis pequeña y consistente de testosterona, y parece ser efectivo al mejorar la líbido en las mujeres posmenopáusicas, ya sea de manera natural o debido a una extirpación quirúrgica de los ovarios. Cuando la investigación esté completa, más información estará disponible acerca de quienes deben o no deben considerar el uso del parche de testosterona, así como sus posibles efectos secundarios.
FUENTES ADICIONALES DE INFORMACIÓN:
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Último revisado Enero 2004 por Elizabeth Smoots, MD
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