Sin evidencia científica de que la baja estatura afecte negativamente la adaptación social durante la adolescencia, la mayoría del público general y de la comunidad médica históricamente han asumido por igual que estar, por mucho, debajo de la altura promedio es potencialmente dañino para la adaptación social y autoestima de un niño. Y con la reciente y generalizada disponibilidad de la hormona del crecimiento, los doctores ahora cuentan con una herramienta para "corregir" los problemas al ayudar a algunos de estos niños con baja estatura a alcanzar a sus compañeros.
Los niños que responden al tratamiento constante con la hormona del crecimiento crecen más rápido y se vuelven adultos más altos de lo que habrían sido sin tratamiento. Además, los efectos benéficos de la hormona del crecimiento sobre el metabolismo podrían ayudar a regular el peso en la adultez. Sin embargo, el tratamiento es caro y de fuerte compromiso. Los medicamentos deben tomarse durante años y se administran por inyección entre 3 y 7 veces por semana. Además, su seguridad a largo plazo sigue siendo desconocida. Dadas estas consideraciones, ciertamente es razonable cuestionar la prudencia de la terapia de hormonas del crecimiento, especialmente si el impacto negativo de la baja estatura nunca ha sido bien establecido.
En el primer estudio bien diseñado de su tipo, investigadores en New York encontraron una sorprendente falta de correlación entre la altura y la adaptación social en adolescentes. Sus resultados, publicados en la edición de septiembre de Pediatrics , sugieren que la estatura de un niño simplemente no predice la probabilidad o calidad de las relaciones sociales.
Investigadores examinaron la relación entre la baja estatura y el prestigio social entre los estudiantes de los grados 6 a 12 en una escuela pública del distrito en la parte oeste de New York. Participó una cantidad igual de estudiantes varones y mujeres, haciendo un total de 956. Los grupos meta incluyeron a aquellos estudiantes de baja estatura (el percentil cinco más bajo), altos (el percentil cinco más alto) y estatura promedio (percentil 50 medio). Se evaluó el funcionamiento psicosocial por autorreportes y reportes de compañeros, a través de medidas tales como la aceptación total, el número de amistades y la reputación de liderazgo (dominancia positiva), intimidación (dominancia negativa), habilidades deportivas y habilidades escolares, entre otras características.
Casi no se encontró correlación entre la altura de los estudiantes y las mediciones de su prestigio social o simpatía. Por ejemplo:
Los resultados no variaron de acuerdo al género, mientras que la altura ha sido estereotipada con más frecuencia como una cualidad importante en los hombres.
No hubo mayor probabilidad de que se formaran amistades entre jóvenes de altura similar que entre jóvenes de diferente altura.
Un significante efecto de la altura fue que los estudiantes de baja estatura tenían mayor probabilidad de ser descritos como "parece joven". Pero, en este caso, parecer joven (al igual que ser bajo) fue independiente de tener otros rasgos de personalidad.
Se descubrió una alta asociación entre la altura y la dominancia tanto positiva como negativa, con un pequeño aumento en la percepción de ambas dominancias a medida que aumentaba la altura.
Los resultados tampoco indicaron un beneficio social por ser muy alto en comparación con los compañeros.
Los resultados de este estudio ponen en duda la práctica de recetar cualquier tipo de tratamiento para la baja estatura con base en la creencia de que es socialmente debilitante. De acuerdo a esos resultados, la altura no tuvo una influencia significativa sobre la adaptación social. De hecho, podría ser contraproducente para los padres y doctores suponer que los síntomas de la inadaptación social se deban simplemente a la baja estatura. Puede ser que se estén perdiendo de algo mucho más importante.
Sin embargo, un punto de vista que el presente estudio no trata, es si existen otros elementos de calidad de vida que la baja estatura podría influenciar de verdad. Por ejemplo, ser extremadamente bajo podría dificultar ciertas actividades diarias que podrían influenciar en el éxito de un niño.
En un nivel más grande, este estudio cuestiona nuestras suposiciones básicas acerca de cómo distintos atributos físicos influyen en la aceptación social de nuestros semejantes. Si la altura no nos hace más o menos agradables, ¿qué hay del peso, las características faciales, sentido de la moda, corte de cabello y un sin fin de otros aspectos de la apariencia? Para muchos, los resultados de este estudio podrían ser tanto sorprendentes como estimulantes. Podría no valer el tiempo y el esfuerzo que toma mejorar nuestras propias deficiencias físicas observadas. Y como mínimo, este estudio nos advierte que nos preguntemos, "¿dónde está la prueba de que así es?
FUENTES ADICIONALES DE INFORMACIÓN:
The Endocrine Society
http://www.endo-society.org
National Institute of Child Health and Human Development
http://www.nichd.nih.gov/
Fuentes:
Parker SH and Rieser P. Growth Hormone Treatment: What to Expect. Disponible en http://www.hgfound.org/growthhormone.html . Accedido el 2 de septiembre de 2004.
Sandberg DE, Bukowski WM, Fung CM, and Noll RB. Height and Social Adjustment: Are Extremes a Cause for Concern and Action? Pediatrics. 2004;114(3):1-7.
Último revisado Septiembre 3 de 2004 por Richard Glickman-Simon
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