mythbuster graphic Puede no ser sorprendente que la mayoría de los niños y adolescentes elijan refrescos en lugar de leche cuando se les da a elegir. Esto es desafortunado, dado que la leche y otros alimentos ricos en calcio son especialmente importantes durante los años de niñez y adolescencia en los que se forman los huesos. La densidad mineral ósea más baja en la adolescencia se ha asociado con un riesgo incrementado de osteoporosis posteriormente en la vida, especialmente en las chicas. Esto ha conllevado a muchos educadores de escuelas públicas a seguir los consejos de nutricionistas escolares y reemplazar los refrescos en las máquinas expendedoras por leche, agua, y jugos 100 por ciento de frutas. ¿Esto realmente ayudará a las niñas a construir huesos más fuertes?

Han habido muchos estudios de investigación acerca del consumo dietético y su relación con la salud ósea de las niñas, los resultados de ellos han sido mezclados. Pero en general, parece razonable concluir que las niñas en edad escolar que toman muchos refrescos carbonatados estén incrementando su riesgo de osteoporosis.

Evidencia para la Aseveración de Salud

La osteoporosis es una enfermedad que debilita gradualmente los huesos hasta que se rompen con facilidad. Debido a que sus huesos alcanzan su masa y fuerza máximas durante sus 20 años de edad, entre más densidad mineral ósea construya cuando es joven, es menos probable que desarrolle osteoporosis posteriormente en la vida.

El ejercicio y la dieta son dos factores importantes que influyen en la salud ósea de los niños. Realizar actividades de soporte de peso y consumir una dieta que contenga muchos alimentos ricos en calcio han mostrado construir huesos más fuertes. Es más, algunos estudios han sugerido que algunos refrescos pueden interferir directamente con el crecimiento óseo saludable.

Un estudio en el artículo de septiembre de 2003 en Journal of Bone and Mineral Research encontró que en niñas de 12 a 15 años de edad, entre más refrescos carbonatados bebieran, era menor su densidad mineral ósea (BMD, por sus siglas en inglés). Sin embargo, no hubo relación consistente entre la BMD y el consumo de refrescos en los niños.

Otros dos estudios encontraron que el consumo de refrescos estaba asociado con un riesgo incrementado de fracturas óseas en niñas en edad escolar. En el primer estudio, publicado en Journal of Adolescent Health en mayo de 1994, investigadores encontraron que las niñas de 14 años de edad que tomaban más refresco de cola eran 3.6 veces más propensas a tener fracturas óseas que las que tomaban menos. El segundo estudio, publicado en junio del 2000 en Archives of Pediatric and Adolescent Medicine , reveló que las niñas que tomaban bebidas carbonatadas eran 3.1 veces más propensas a tener fracturas óseas que las que no lo hacían.

Expertos no están seguros de la manera en la que el tomar refrescos pueda afectar de manera adversa la salud ósea, pero han propuesto un par de posibles explicaciones. Primero, estudios de laboratorio han reportado que niveles altos de consumo de fósforo podrían conllevar al rompimiento de huesos; los refrescos contienen ácido fosfórico. Segundo, los niños podrían tomar refrescos en lugar de leche y otras bebidas fortificadas con calcio. Un estudio publicado en febrero de 2005 en Journal of the American College of Nutrition encontró que los niños de 1 a 5 años de edad que tomaban refrescos y bebidas azucaradas tendían a tomar menos leche.

Evidencia Contra la Aseveración de Salud

Aunque la mayoría de estudios apoya la noción de que el consumo de refrescos tiene un impacto negativo sobre el consumo de calcio, otros han sugerido lo contrario.

En el artículo de marzo de 1994 en Journal of the American Dietetic Association , investigadores encontraron que el consumo incrementado de refrescos estaba asociado positivamente con el consumo de calcio. De manera similar, un estudio en el artículo de febrero de 2004 en Journal of the American College of Nutrition encontró que los niños que tomaban más refrescos y otras bebidas no lácteas tenían consumos más altos de calcio. Como una explicación para sus hallazgos, los autores de este estudio sugirieron que la leche y los refrescos no necesariamente se reemplazan el uno al otro. En otras palabras, los niños que se sirven ellos mismos un vaso de refresco para acompañar su pizza, pueden ser igual de propensos a servirse un vaso de leche con una galleta.

Conclusión

Aunque la investigación es un poco conflictiva, hay evidencia suficiente para concluir que las niñas que consumen refrescos regularmente se colocan a sí mismas en un riesgo elevado de osteoporosis futura. Para ayudar a construir huesos fuertes, los niños y adolescentes deberían participar en actividades de soporte de peso (p.e., correr, saltar la cuerda, hacer gimnasia, tenis, basquetbol) y consumir una dieta rica en calcio. ¿Cuánto calcio es suficiente? The National Academy of Sciences recomienda que los niños de 2 a 3 años de edad consuman 500 miligramos (mg) de calcio diariamente, que los niños de 4 a 8 años consuman 800 mg diariamente, y que los niños y adolescentes de 9 a 18 años de edad consuman 1,300 mg diariamente de alimentos ricos en calcio como la leche, el yogurt y el queso.

Aunque el vaso ocasional de refresco no va a dañar a un adolescente saludable, es una buena idea limitar la disponibilidad de refresco. Además de un riesgo incrementado de osteoporosis, el consumo excesivo de refrescos azucarados se ha relacionado con la obesidad, diabetes tipo 2 , y caries dental.