Se estima que aproximadamente la mitad de todos los embarazos no son planeados. Cuando estos embarazos no son deseados, ciertamente pueden dar como resultado aflicciones emocionales. Sin embargo, la investigación sobre este asunto es contradictoria. Un estudio publicado en 2002 sugirió que las mujeres que abortan los primeros embarazos no planeados estaban en un riesgo más alto de padecer depresión que las que llevaron el embarazo a su término.

Pero en un nuevo estudio publicado el 27 de octubre de 2005 en la Primera Sección en Línea del British Medical Journal se encontró que las mujeres que abortaron sus primeros embarazos no deseados no estuvieron en riesgo mayor de padecer depresión que las que siguieron sus embarazos al término.

Acerca del Estudio

Este estudio incluyó a 1,247 mujeres que tenían primeros embarazos no deseados que terminaron en aborto o nacimiento vivo. Los investigadores consideraron los embarazos como no deseados cuando las mujeres respondieron "no en ese entonces" o "nunca" cuando se les preguntó si el embarazo era deseado. Las mujeres que respondieron "sí" o "no me importó" fueron excluidas del estudio. Para valorar su nivel de depresión, las mujeres llenaron el cuestionario de escala de depresión 1992 del Center for Epidemiological Studies.

Las participantes que se sometieron a un aborto o que continuaron su embarazo al término no afectaron el riesgo de padecer depresión, incluso cuando los investigadores ajustaron otros factores que se pensaban que afectaban el riesgo de depresión (por ejemplo, raza, edad, estado marital, educación, ingresos familiares). Específicamente, el 29% de las participantes que dieron alumbramiento a un bebé y el 25% de las participantes que se sometieron a un aborto estuvieron en alto riesgo de padecer depresión (esta diferencia no fue considerable). El grupo que se sometió a aborto tuvo mayores niveles de educación y de ingresos así como un número más pequeño de personas en la familia, los cuales todos se relacionaron con una disminución en el riesgo de padecer depresión.

Estos resultados fueron limitados debido a que para algunas participantes el tiempo entre el embarazo no deseado y la medición de la depresión fue de varios años, así que otros factores además del embarazo podrían haber contribuido al riesgo de padecer depresión. Además. existe una tendencia a la "subestimación" del aborto, así que muchas mujeres que se sometieron a abortos podrían excluirse de este estudio debido a que no reportaron su embarazo o su aborto.

¿Cómo le Afecta Esto a Usted?

Estos resultados sugieren que abortar un embarazo no deseado no contribuye a un incremento en el riesgo de padecer depresión, en comparación con llevarlo al término. Esto difiere con el estudio del 2002 que sugirió un incremento en el riesgo de padecer depresión en mujeres que eligen someterse a un aborto. Por lo tanto, cuando tome la decisión de abortar o llevar un embarazo no deseado al término, el riesgo de padecer depresión no podría ser un factor después de todo.

Sin embargo, este estudio no sugiere que el embarazo no deseado no afecte a la depresión. Por el contrario, aproximadamente una de cada cuatro participantes en este estudio estuvo en un alto riesgo de padecer depresión, que es considerablemente más alto que los índices de depresión entre las mujeres en general. La depresión es una condición altamente tratable, pero sólo si se diagnostica apropiadamente y se trata oportunamente. Si usted o alguien que conoce está lidiando con un embarazo no deseado, es imperativo hablar con un doctor acerca de la posibilidad de padecer depresión sin importar qué resultado podría producirse en el embarazo.