El cáncer de seno en sus primeras etapas por lo general no causa dolor físico, y al principio los síntomas podrían no ser perceptibles. A medida que crece el cáncer, puede causar cambios que incluyen:

  • Un abultamiento o grosor dentro o cerca del seno o debajo del área de la axila
  • Un cambio en la forma o tamaño del seno
  • Secreción o sensibilidad del pezón
  • Pezón invertido
  • Prominencias u hoyuelos del seno (asemejándose a la piel de una naranja)
  • Un cambio en la manera en la que se ve o se siente la piel del seno, pezón, o areola (área oscura alrededor del pezón), (por ejemplo, cálida, inflamada, roja, o escamosa)
  • Una llaga o úlcera en el seno que no sana

Si usted nota alguno de los síntomas antes mencionados, contacte inmediatamente a su médico para una examinación.

Con frecuencia, estos síntomas están asociados con cáncer de seno que ha avanzado desde sus etapas iniciales. A menudo, una mamografía puede detectar un cáncer de seno antes que sea lo suficientemente grande como para producir alguno de estos síntomas. Por esta razón, se recomiendan los mamogramas regulares, haciendo que sea más probable detectar cáncer de seno en sus etapas más iniciales y más curables.