La simple mención de tomar un crucero obtiene imágenes de comidas espléndidas, buffets interminables y bebidas finas y frías. Y con los desayunos tempranos y buffets de media noche, usted puede comer a cualquier hora. En la mayoría de los casos, el costo de la comida está incluido en su pago por el crucero, así que nunca verá un precio, esencialmente, el caviar es gratis! Al igual que el croissant de chocolate y el filete miñón y, el fetuchini Alfredo y, la créme brulee y...
Conforme vea qué tan fácil es comer en exceso en un crucero. Incluso las mejores intenciones de porciones pequeñas y bajas en calorías pueden irse cuando - a las 2 a.m. - usted es animado a mordisquear trozos de queso con formas de criaturas y aceitunas rellenas de langosta.
Pero no se espante del barco por la idea de evitar ganar peso. Un crucero es una forma estupenda de pasar unas vacaciones. Con todo sobre la cubierta, desde salas de cine y espectáculos de magia, hasta cursos de golf y clubes de baile; hay muchas actividades para tener a todo mundo contento. También hay viajes de todo un día a islas tropicales para comprar, broncearse y esnorquelear.
Aquí hay algunos consejos para ayudarle a disfrutar el precio de su crucero sin sentirse necesitado o excedido a la hora de desembarcar.
A menudo, las mesas de buffet de barco de crucero parecen obras de arte, haciendo muy difícil dejar pasar sus ofrecimientos. Pruebe con alguna de estas estrategias para romper el buffet.
Como en cualquier restaurante, saber su camino alrededor del menú puede ayudarle a tomar decisiones más saludables.
Las bebidas también pueden reunir un golpe de calorías.
No solo consuma calorías, también queme algunas. Hay muchas buenas opciones para ejercitarse en un crucero.
Asegúrese de relajarse y disfrutar usted mismo. Si usted llega a casa con unas cuantas libras de más, puede aplicar los mismos consejos a su vida diaria para desarrollar un estilo de vida saludable.
FUENTES ADICIONALES DE INFORMACIÓN:
American Dietetic Association
http://www.eatright.org/
Último revisado Febrero 2004 por Elizabeth Smoots, MD
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