Los estudios indican que los antioxidantes, como la vitamina C, pueden reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares (enfermedad cardíaca y apoplejía). Los antioxidantes - químicos derivados de las plantas - ayudan a combatir la enfermedad al proteger las células del cuerpo del daño. Estos ocurre de manera natural en una variedad de frutas, verduras, granos, legumbres y nueces.
Una investigación publicada en el artículo de junio del 2002 de la revista Stroke: Journal of the American Heart Association nuevamente sugiere que los niveles más altos de vitamina C en la sangre pueden reducir el riesgo de una apoplejía. En particular, la vitamina C parece reducir el riesgo de apoplejía entre hombres con sobrepeso y hombres con presión arterial alta - dos factores de riesgo para enfermedades cardiovasculares y apoplejía.
Investigadores finlandeses estudiaron a 2419 hombres finlandeses del este en el Kuopia Ischemic Heart Disease Risk Factor Study. Los hombres tenían edades de entre 42 y 60 años y no tenían antecedentes de apoplejía cuando entraron al estudio entre marzo de 1984 y diciembre de 1989.
Al inicio del estudio, los hombres fueron entrevistados sobre sus hábitos de fumar y su consumo de alcohol en los últimos 12 meses. También se sometieron a las siguientes pruebas:
En 1998, después de un promedio de 10 años de seguimiento, los investigadores revisaron los registros de apoplejía y muerte en Finlandia para determinar qué hombres habían tenido apoplejías (fatales y no fatales). Después compararon la cantidad de apoplejías entre los hombres con niveles bajos, moderados y altos de vitamina C en la sangre.
En comparación con los hombre con los niveles de vitamina C más altos en la sangre, aquellos con los niveles más bajos fueron 2 veces más propensos a tener una apoplejía. Y entre los hombres con los niveles más bajos de vitamina C, aquellos que tenían sobrepeso y tenían presión arterial alta tuvieron casi 2.5 veces más de riesgo que los hombres con peso normal con presión arterial normal y niveles de vitamina C de moderados a altos.
Para calcular estas estadísticas, los investigadores tomaron en cuenta otros factores que pueden afectar el riesgo de una apoplejía, como la edad, la BMI, el fumar, el consumo de alcohol, los niveles de colesterol, la diabetes y la disminución de la irrigación sanguínea al corazón (isquemia)
Aunque estos resultados son interesantes, existen limitaciones para este estudio. Primero, los participantes fueron hombres finlandeses entre edades de 42 a 60 años, así que estos resultados pueden no ser aplicables a mujeres y ancianos, y personas de otras etnias o grupos raciales. Además, los niveles más altos de vitamina C pueden ser un indicador de que la personas está comiendo más frutas y verduras y menos grasa (la dietas ricas en grasas son un factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares) y el sodio (un factor de riesgo para la presión arterial alta). Si este es el caso, otras vitaminas y minerales de frutas y verduras también pueden contribuir a la prevención de apoplejía. Finalmente, los niveles de vitamina C en la sangre solo fueron medidos al inicio del estudio, así que no sabemos si los hombres mantuvieron los mismos niveles durante todo el período del estudio.
¿El tomar más vitamina C en su dieta lo ayudará a prevenir una apoplejía? Posiblemente. Este estudio sugiere que consumir vitamina C es una parte importante de un estilo de vida saludable total que puede ayudar a repeler las enfermedades cardiovasculares, y la apoplejía en particular. Reducir su riesgo de una apoplejía también implica mantener un peso saludable y una presión arterial normal, no fumar, hacer ejercicio regularmente y comer alimentos sanos que sean bajos en grasa saturada y ricos en frutas, vegetales y granos enteros. Para algunas personas, el mantener una presión arterial normal también puede incluir una dieta baja en sodio.
La National Academy of Sciences recomienda el siguiente consumo diario de vitamina C para adultos:
Algunas fuentes buenas de vitamina C incluyen:
FUENTE:
Kurl S, et al. Plasma vitamin C modifies the association between hypertension and risk of stroke. Stroke . June 2002;33:1568-1573.
Último revisado Junio 6, 2002
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