Cuando su nino tiene enfermedad inflamatoria del intestino

Usted ha ayudado a su hijo a hacer modificaciones a sus medicamentos, dieta y ciertos cambios en el estilo de vida para controlar la enfermedad inflamatoria del intestino (IBD, por sus siglas en inglés). Pero los retos más grandes a los que él podría tener que enfrentarse son los sociales y emocionales que acompañan a una enfermedad crónica.

En particular, su hijo podría estar luchando con asuntos con respecto a ser "normal" y adaptarse, vergüenza y lástima por tener IBD, preocupaciones sobre su salud, frustración con las restricciones y limitaciones impuestas sobre él a causa de la enfermedad y ser rechazado o acosado por otros niños. ¿Cómo puede ayudarle a sobrellevarlo?

Controlando las preocupaciones

Su hijo podría estar preocupado sobre sus síntomas, que pueden ser dolorosos al igual que la enfermedad por si misma. Sus peores miedos pueden deberse al hecho de que el no entienda o no sepa lo suficiente sobre su enfermedad.

Usted puede ayudar al hacer que su doctor hable con su hijo sobre sus síntomas, tratamiento, los efectos secundarios del mismo y lo que puede hacer para sentir más en control de su IBD. También tome ventaja de la información sobre la IBD en al biblioteca y en la web y, contacte organizaciones nacionales que pueden proporcionar información adicional y apoyo.

Construyendo autoestima

Cuando su hijo se siente decaído o piensa demasiado sobre su enfermedad o sus restricciones, conozca sus sentimientos y ayúdelo a enfocarse en sus fortalezas, talentos y otros recursos.

Vea que se involucre en las actividades escolares (las que le permitan controlar su IBD sin vergüenza) lo más que se pueda. Cualquier actividad en la escuela o la comunidad que le permita explorar sus intereses y mostrar sus talentos puede ayudar.

Otra buena forma de que su hijo olvide sus propios problemas por un rato es ayudando a los demás. Anímelos para que le ayude a cocinar o a cuidar el jardín o llevar recados a una persona mayor.

Ayudarlo a aceptar y expresar sentimientos

Los niños con IBD experimentan una variedad de emociones: Ira, miedo, tristeza, resentimiento y vergüenza, así como alegría y orgullo cuando ellos vencen los obstáculos de su enfermedad y alcanzan sus metas. Es importante para su hijo saber que él tiene derecho a todos sus sentimientos y que los sentimientos no deben ser etiquetados como "buenos" o "malos."

Una forma en que usted puede ayudar a su hijo a sobrellevar sus sentimientos es escuchándolo y ofreciéndole ayuda. No le diga que deje de sentir pena por él mismo o que "debe ser feliz." Cuando usted afirma todos sus sentimientos, él se sentirá mejor entendido y se aceptará más.

Anime a su hijo a hablar sobre sus sentimientos - con usted o su cónyuge, un hermano, amigo, maestro, médico, asesor o cualquier otra persona comprensiva y confiable. Hay otras formas en que él también puede expresar emociones, por ejemplo, a través del arte o escribir en un periódico.

Autoabrigo

En ocasiones, su hijo podría estar consumido por pensamientos negativos-incluso pensamientos de que él hizo algo mal y que provocó su enfermedad. Asegúrese que él no es el culpable de su enfermedad, Usted puede ayudarlo a aceptar su enfermedad hacer que se enfoque en cómo va a manejarla. Ayúdelo a permanecer positivo y pensar en sus metas y sueños. La familia, amigos, pasatiempos, jugar con una mascota o caminar, pueden ayudarle a elevar el espíritu. Ayúdelo a sentirse fortalecido con el auto diálogo positivo.

Comunicación con el personal escolar

Una vivencia positiva en la escuela incrementa la autoestima de su hijo, su sentido de logro y felicidad. Usted ayudarlo a incrementar sus posibilidades de tener una vivencia positiva en al escuela al estar en contacto permanente (de preferencia en persona) con su director, maestros y otros empleados escolares, de manera que ellos estén enterados de sus necesidades especiales.

Específicamente, el personal escolar necesitará ser educado sobre la IBD de su hijo, medicamentos, dieta, estrés emocional y físico, situaciones de emergencia, ausencias, acceso a un baño privado y su necesidad de usar el baño sin tener que pedir permiso. Ellos también deben estar enterados de la posible, debido a su enfermedad, antipatía o acoso de otros estudiantes hacia su hijo.

Ayudar a su hijo a comunicarse

Si usted tiene facilidad para hablar abiertamente con su hijo sobre su IBD, probablemente su hijo también se sentirá más relajado al compartir información al respecto. Esto puede ayudarlo a manejar sus temores y preguntas de sus compañeros, quienes al estar mejor informados, pueden no ser tan propensos a burlarse o alejarse de él. Sin embargo, su hijo debe ser animado para compartir conocimiento y sentimientos sobre su enfermedad sólo hasta el grado en que se sienta a gusto.