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Cuidado Colaborador Mas Apropiado que el Cuidado Habitual para Tratar Efectivamente la Depresion Tardia

June 10, 2008 - 7:30am
 
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Cuidado Colaborador Más Apropiado que el Cuidado Habitual para Tratar Efectivamente la Depresión Tardía

La depresión es un achaque común en adultos ancianos, afectando a casi el seis por ciento de estadounidenses de edad de 65 años o más en un año dado. Dos tipos principales de depresión que afectan a los ancianos son la depresión mayor y el trastorno distímico. La depresión mayor está caracterizada por una combinación inhabilitante de síntomas, incluyendo tristeza, ansiedad, desesperanza, fatiga, dificultad para concentrarse y pensamientos de muerte y suicidio que interfieren con la habilidad de trabajar, comer, dormir, y el placer derivado de actividades que alguna vez se disfrutaron. El trastorno distímico o distimia , involucra los mismo síntomas de la depresión mayor, pero no es incapacitante. En lugar de crónicos, los síntomas de larga duración impiden que la persona afectada funcione bien y tenga un panorama positivo. La distimia incrementa el riesgo de desarrollar depresión mayor.

A pesar del hecho de que la depresión tardía puede ser tratada exitosamente con medicinas antidepresivas o psicoterapia, los adultos ancianos con frecuencia reciben tratamiento inadecuado para la depresión en escenarios de cuidado principales.

En un estudio publicado el 11 de diciembre de 2002 en el Journal of the American Medical Association (JAMA), investigadores descubrieron que el cuidado colaborador, que involucra un equipo de profesionales médicos, fue significativamente más efectivo al tratar la depresión tardía que el cuidado usual.

Acerca del Estudio

Investigadores de 18 clínicas de salud primaria estudiaron a 1801 pacientes, de edad de 60 años o más, que fueron inscritos en el estudio entre julio de 1999 y agosto de 2001. Todos los pacientes tuvieron un diagnóstico de depresión mayor, trastorno dismítico o ambos al momento de la inscripción. Los pacientes eran excluidos del estudio si tenían problemas actuales de alcoholismo; antecedente de trastorno bipolar o psicosis; estaban siendo tratados por un psiquiatra actualmente; conocían el criterio para daño cognitivo severo, o se descubría que estaban en riesgo agudo de suicidio.

Los 895 pacientes en el grupo control fueron seleccionados aleatoriamente para recibir cuidado habitual. Los restantes 906 pacientes fueron asignados al azar a la intervención Improving Mood-Promoting Access to Collaborative Treatment (IMPACT). A los pacientes asignados al programa IMPACT se les asignó un asesor en el cuidado de la depresión (ya fuera una enfermera o un psicólogo entrenados como especialistas en depresión clínica). El asesor de cuidado de la depresión (DCM por sus siglas en inglés) condujo una historia clínica y psicosocial, revisó materiales educativos acerca de depresión con el paciente y discutió la preferencia del paciente por tratamiento para la depresión con medicamentos antidepresivos o psicoterapia. El DCM trabajó muy de cerca con el paciente, un psiquiatra supervisor y un médico de cuidados primarios como intermediario de comunicación durante e estudio de 12 meses para crear, implementar y afinar un programa de tratamiento de la depresión. Los entrevistadores, que no estaban conscientes de las tareas de tratamiento para pacientes, condujeron las entrevistas por teléfono justo antes de la intervención y a los tres, seis y 12 meses para evaluar la gravedad de la depresión, efectividad del tratamiento, grado de deterioro funcional y calidad de vida.

Al final del estudio, los investigadores examinaron los siguientes factores en cada paciente: Uso de medicamento antidepresivo; satisfacción con cuidado de la depresión; media de los resultados de depresión (resultados SCL-20); respuesta al tratamiento (mayor que o igual a 50% de reducción en el resultado SCL-20 de línea base); remisión completa de los síntomas de depresión (resultado SCL-20 <0.5); depresión mayor evaluada por el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Cuarta Edición (SCID); deterioro funcional relacionado con la salud; y de la calidad de vida. Los investigadores compararon el resultado de estas variables en pacientes que habían recibido cuidado habitual versus pacientes que participaron en el programa IMPACT.

Los Resultados

A los 12 meses, los pacientes IMPACT fueron significativamente más propensos para tener un 50% o una reducción más grande en síntomas depresivos de línea base que los pacientes que recibieron cuidado habitual (45% versus 19%). Los pacientes IMPACT también tuvieron una depresión severa significativamente menor (0.4 de diferencia en una escala de 0 - 4) que los pacientes control en el rango de un año. Además, los pacientes IMPACT tuvieron una reducción significativamente mayor en índices de depresión mayor (de una media de 71% en línea base a 22% a los 6 meses) en comparación con los pacientes de cuidado habitual (de una media de 68% de línea base a 35% a los 6 meses). Los pacientes que pasaron a través del programa IMPACT fueron significativamente más propensos a usar antidepresivos o psicoterapia que los pacientes en cuidado habitual, y tuvieron índices significativamente más altos de respuesta al tratamiento e índices de remisión completa de los síntomas de la depresión que los pacientes control a los 12 meses.

Los pacientes que pasaron por el programa IMPACT también reportaron una mejor calidad de vida y menos deterioro de función laboral, familiar y social relacionado con la salud que los controles.

¿En que manera le afecta?

Una gran cantidad de estadounidenses ancianos sufren de depresión, aunque la depresión no es una parte "normal" del envejecimiento. Este estudio resalta la efectividad del tratamiento - tratamiento colaborador específicamente - en depresión tardía, y demuestra que la depresión tratada efectivamente puede resultar en una global calidad de vida mejorada.

El primer paso importante en cualquier tipo de tratamiento es identificar la depresión. Esto puede ser difícil en los ancianos porque tanto doctores como pacientes con frecuencia asumen que los síntomas de depresión son las consecuencias inevitables de varias afecciones médicas que comúnmente son una plaga mientras envejecemos.

Los síntomas de la depresión son variables, y una persona batallando con depresión podría expresar uno o cualquier combinación de estos síntomas:

  • Sentimientos persistentes de tristeza, ansiedad o sensación de vacío
  • Desesperanza
  • Sentimiento de culpa, sin valor o desamparo
  • Pérdida de interés en pasatiempos y actividades
  • Pérdida de interés en el sexo
  • Sensación de cansancio
  • Problemas para concentrarse, recordar o para tomar decisión
  • Problemas para dormir, despertarse muy temprano o dormir de más
  • Comer más o menos de lo acostumbrado
  • Ganar o perder peso
  • Pensamientos de muerte o suicidio con o sin intentos de suicidio
  • Intranquilidad o irritabilidad
  • Síntomas físicos que desafían el diagnóstico estándar y no responden bien a tratamientos médicos

La depresión en los ancianos es frecuente y tratable. Este estudio demuestra la importancia de la comunicación progresiva entre el paciente y el médico. Ambas partes deben estar preparadas para discutir abiertamente los problemas emocionales tan minuciosamente como los físicos, y revisar las opciones de tratamiento, preferencias y satisfacción con los resultados.

Fuentes Adicionales:

American Association for Geriatric Psychiatry
http://www.aagpgpa.org/

National Institute of Mental Health
National Institutes of Health
http://www.nimh.nih.gov/

National Institute on Aging
National Institutes of Health
http://www.nia.nih.gov/

National Mental Health Association
http://www.nmha.org

Fuentes:

Unützer J, Katon W, Callahan CM, et al. Collaborative care management of late-life depression in the primary care setting. JAMA . 2002;288:2836-2845.



Último revisado Dec 12, 2002 por ]]>Richard Glickman-Simon, MD]]>

Se provee esta información como complemento a la atención proporcionada por su medico. Dicha información no tiene el propósito o la presunción de substituir el consejo medico profesional. Procure siempre el consejo de su medico o de otro profesional de la salud competente antes de iniciar cualquier tratamiento nuevo o para aclarar cualquier duda que usted pueda tener con relación a un problema de salud.

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