Los niños y mascotas van mano a mano, como Sahron Waldrop puede testificar. "Las mascotas superan en número a la gente dos a uno en nuestro hogar," se ríe esta madre de cuatro hijos de California. "Tenemos un perro, tres gatos, tres conejos, tres chinchillas, dos periquitos y una iguana."

Con la proporción niño-adulto ya torcida, ¿por qué Waldrop trae más animales a su vida? "Las mascotas traen placer a la familia," explica. También enseñan a los niños compasión y cómo cuidar de otros, añade Waldrop. "Mis hijos pasean a los perros, limpias las jaulas y las cajas de arena, cambian el agua y llenan los tazones de comida. Saben que tener una mascota es un gran trabajo y una gran responsabilidad."

...y Rover hace cinco

Gatos, perros, lagartijas y peces pueden en realidad ser mucha diversión, pero no son sólo juguetes. "Está cambiando la dinámica de su vida familiar cuando trae una mascota al ambiente," dice Vicki Folds, EdD, vicepresidenta de educación del Tutor Child Care y miembro de la National Association for the Education of young Children.

El deseo de una mascota típicamente empieza alrededor de la edad preescolar cuando una vista de 101 Dálmatas o Los Aristogatos pueden tener a su hijo o hija pidiendo a gritos un viaje a la tienda de mascotas. Pero antes de tomar las llaves del coche y su bolso, de un paso atrás. Hay varios asuntos a considerar para tomar la decisión correcta para su familia.

Midiendo la preparación de su hijo

No hay edad mágica en la que los niños estén listos para adoptar una mascota. Más bien, considere el nivel de madurez de su hijo y la capacidad para tomar la dirección y asumir responsabilidad, dice Jean Donaldson, miembro de la Association of Pet Dog Trainers y director de la Academy for Dog Trainers for the San Francisco Society for the Prevention of Cruelty to Animals.

Por muy maduro que pueda ser su hijo, también considere sus propias preferencias y restricciones; después de todo, en última instancia será el responsable de la mascota. "Generalmente el padre tiene doble deber," tanto recordar al niño qué necesidades deben hacerse y tomar el mando cuando el niño no lo sigue, dice Donaldson, autor de Dogs Are from Neptune .

Poniéndolo todo en la mesa

Una reunión familiar es el lugar perfecto para que todos expresen sus pensamientos y expectativas antes de elegir una mascota. Aun algo tan aparentemente simple como un pez de colores afecta a la familia completa. Los niños tan jóvenes como de dos o tres años deben involucrarse en el proceso de decisión, también, dice el Dr. Folds.

Tales discusiones también proporcionan una revisión de la realidad considerando las responsabilidades del cuidado del animal: ¿Será su hijo tan entusiasta para adoptar uno de los gatos de su vecino cuando encuentre que él es el que debe limpiar la caja de arena? ¿Estará dispuesto Papá a sacrificar sus mañanas de domingo para llevar a Rex a una clase de obediencia? El Dr. Folds sugiere preguntar, "Cuáles son los ingredientes que necesitamos para hacer que esta mascota sea feliz en nuestro hogar"

Otras preguntas para considerar son: ¿Qué hay si un miembro de la familia tiene o desarrolla una alergia? ¿ha hecho el presupuesto para visitas al veterinario, equipo y comida? ¿Dormirá la mascota adentro o afuera? Si su familia toma frecuentes ]]>vacaciones]]> , ¿quién manejará el cuidado de la mascota en su ausencia?

Tome una prueba

una vez que estén de acuerdo en el tipo de mascota, pasen tiempo alrededor de la clase de animal para medir el interés del niño y el nivel de comodidad. Su hija puede decidir que las tortugas realmente no son muy graciosas, o que los loros realmente dan un poco de miedo.

Si su hijo muestra incomodidad, no asuma erróneamente que lo superará una vez que el animal esté en su hogar. Traer una criatura temida a casa puede llevar a pesadillas, ansiedad o miedos más profundos, dice el Dr. Folds. Si usted es el que desea un animal particular, pero su hijo no comparte sus sentimientos, puede continuar exponiéndolo a pequeñas dosis en un entorno seguro. Si no funciona, espere unos pocos meses o aun un año y trate de nuevo.

Especialmente con los perros, Donaldson alerta contra la noción de que ciertas razas son "amigables con los niños." "No hay tal cosa," ella explica. Cómo responda un perro a los niños depende más de la educación y experiencias pasadas que de su pedigree.

Discriminación de edad

Una vez que ha decidido tener una mascota, su familia puede tener su corazón puesto en un cachorro, gatito, u otro "bebé," más que uno que ya esté crecido. Adoptar un animal joven tiene sus ventajas. En primera instancia, evitará heredar malos hábitos o entrenamiento pobre ocasionado por otro dueño, dice Donaldson.

Sin embargo dése cuenta de que, justo como los bebés, los animales jóvenes requieren cuidado adicional y atención y tiempo. "Tampoco sabe lo que está consiguiendo," dice Dolandson, mientras que con animales mayores, "lo que ve es lo que consigue." Un acuerdo: Busque a un animal crecido y joven con un temperamento uniforme. Puede necesitar revisar más mascotas potenciales, pero los resultados pueden valer el esfuerzo extra.

En tiempos de problemas

Incluso con estas precauciones, puede encontrarse con una mascota que no cabe en su hogar o estilo de vida. Aunque puede estar tentado a librarse del animal, piense sobre el mensaje que le mandará a sus hijos. "No es una muy buena lección para los niños aprender que [los animales] son desechables," dice Donaldson.

En su lugar, consulte con un experto que pueda ayudarlo a eliminar el problema de comportamiento y conservar la mascota. Recursos tales como la Society for the Prevention of Cruelty to Animals local, refugios de animales, conductistas o entrenadores de animales, pueden ayudar. Muchos entrarán a su casa para señalar y erradicar los problemas.

Enriqueciendo su vida familiar

Las mascotas pueden traer años de placer y compañerismo, y muchos adultos recuerdan con cariño los animales de su juventud. "Las mascotas fueron parte importante de mi vida como niño y permanecen ahora que soy adulto," dice Waldrop. "Este aspecto de la vida familiar ha sido engendrado en mi hijos ¡sin intentar un juego de palabras!"